Los loros vienen en todas las formas y tamaños, pero los periquitos son la mascota más común. Estas aves pequeñas, pero ruidosas y amigables, pueden convertirse no solo en un amigo, sino en un miembro de la familia. Una de las primeras preguntas que se hacen los nuevos dueños de amigos emplumados es: ¿cómo domesticar un loro? Aunque tímidas, ruidosas y de colores brillantes, estas aves se adaptan rápidamente a un nuevo hogar y familia, no se prestan fácilmente a ser manipuladas.
Cómo entrenar a un periquito para que lo manipulen si tiene miedo
"Domesticar loro" no es solo un eslogan. Estas mascotas son bastante amigables y se consideran sociables y extrovertidas. Para domesticar a un periquito, primero hay que ganarse su confianza y permitir que se adapte por completo a su nuevo entorno. Al fin y al cabo, estas aves son bastante tímidas y poco sociables.
Es improbable tener acceso a un amigo colorido si se toca la jaula con frecuencia, y mucho menos se molesta al loro. El dueño del ave debe ser paciente, constante y, fundamentalmente, regular. El periquito, a su vez, necesita sentirse seguro y conectado. Una relación amistosa es clave para un contacto rápido y fiable con el ave.
Para establecer una relación con un periquito, siga estos pasos y domesticar al ave no será un problema.
La forma más fácil y efectiva es esperar pacientemente a que tu mascota se acostumbre e intentar premiar a tu amigo emplumado con su golosina favorita de tu mano.
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Primer paso: confiar en un loro domesticado
Tras comprar y traer a tu ave a casa, suele estar asustada y estresada. Al principio, no está domesticada: no está preparada para el contacto. En este estado, jamás se acercará a tus manos, aunque te hayan prometido lo contrario al comprarla.
Así debe comportarse el propietario:
- Dejamos que el pájaro se acostumbre al entorno y al interior: dejamos la jaula en el lugar más tranquilo y silencioso del apartamento.
- ¡No asustes al ave! No hagas movimientos bruscos y bajo ninguna circunstancia intentes meter las manos en la jaula ni tocar al loro; de lo contrario, la presentación no se realizará.
- Colocamos la jaula a nuestro lado con más frecuencia cuando estamos ocupados con algo y hablamos con el periquito en una voz tranquila y calmada.
- Tratamos de ofrecer un regalo de nuestra mano: chumiza o su comida favorita hecha con semillas y granos.
- ¡No seas intrusivo! Si el ave intenta alejarse de tu mano, se asusta y se retira a un rincón, es mejor detenerse. Si el loro está interesado, pero le teme a tus manos, no insistas en el contacto, pero tampoco retires la mano.
- Una vez que su pájaro se haya adaptado, se interesará no sólo en su nuevo hogar, sino también en su entorno, y comenzará a charlar y a volverse más activo.
Ahora es el momento de ofrecerle algo sabroso a tu ave a través de los barrotes de la jaula. Si parece interesada, puedes empezar a domesticarla.
Paso dos: domesticar al pájaro
Una vez que tu ave se sienta más segura, se acostumbre a ti y adquiera más confianza, habrá comenzado el proceso de adaptación. ¡Asegúrate de tener en cuenta su estado de ánimo!
- Bajamos la mano con la comida a la jaula: esto debería interesar al pájaro.
- Repetimos el intento de “alimentar a mano” todos los días, incluso varias veces al día.
- El loro debe sentir que usted es un miembro igualitario de la “bandada”, y no percibirle como un enemigo y un peligro.
- Durante el proceso de domesticación, tu loro intentará saltar sobre tu dedo, como si fuera una rama. ¡Evita movimientos bruscos para no asustar a tu amigo emplumado! Si tu ave acepta posarse en tu mano, no empeores la situación intentando levantarla, sujetarla o apretarla en la palma de tu mano. ¡Siempre déjala libre para moverse!
- Una vez que tu amigo emplumado haya confiado en ti, se pose en tu dedo y arrulle, solo habrás recorrido la mitad del camino. Tu loro necesita acostumbrarse a este tipo de interacción amistosa. Acaríciale suavemente las plumas y háblale con cariño. Con el tiempo, el ave no necesitará más comida; los periquitos domesticados anhelan compañía por naturaleza.
- Intenta ofrecerle a tu mascota una golosina sabrosa a través de la puerta de la jaula. Esto no solo generará confianza, sino también interés en la relación y el entorno que los rodea.
- Intentamos crear un vínculo con el periquito a diario. Repetimos este proceso paso a paso varias veces al día hasta que se acostumbre por completo.
- Si quieres despertar el interés de tu loro fuera de la jaula, aléjate gradualmente —un paso, luego varios— mientras viertes semillas o mijo en la palma de tu mano. Tu loro sin duda se interesará. Y más adelante, empezará a salir volando de la jaula con curiosidad, aterrizando directamente en tu mano para explorarla en busca de una golosina.
Una vez entrenado, un periquito interactuará felizmente con su dueño, picoteará la comida y arrullará en tu dedo. Una vez que se sienta seguro en tus manos y puedas entretenerlo, te darás cuenta de que los loros no solo son amigables, sino que a veces incluso son molestos. ¡Un ave domesticada se quedará en tus manos durante horas!
Qué no hacer
Veamos qué no debes hacer si planeas domesticar un loro:
- En primer lugar, no se recomienda presionar demasiado: intentar agarrar a un ave asustada por la cola, atraparla con las manos o forzarla contra la jaula. Cualquier acción coercitiva dificultará nuestra capacidad de domesticarla.
- Si tu loro te picotea el dedo, no muestres ninguna emoción negativa. Esto lo ahuyentará y tardará mucho en establecer contacto.
- Para evitar que su pájaro vuele, nunca corte las alas de un periquito: esto puede causarle lesiones.
- Si tu loro se asusta por algo, detén el proceso. Reanúdalo cuando esté listo para interactuar.
- No permita que los loros domesticados se sienten o caminen por el suelo; es peligroso para su mascota. Podría pisarlos accidentalmente.
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Consejos y matices
Sigue los consejos de los expertos. Domar a tu ave será más fácil y, lo más importante, más rápido.
- Cuanto más viejo sea el loro, más difícil y largo será el proceso de domesticación.
- Puedes empezar a manipular a tu ave a partir de los dos meses de edad. Verás por ti mismo lo receptivo y atento que es tu amigo emplumado.
- Los expertos en doma de loros recomiendan retirar el comedero de la jaula por la noche. Por la mañana, puedes ofrecerle mijo directamente de tu mano. Obviamente, esto no le inspirará confianza al loro el primer día, pero si la situación se repite, seguro que probará tu premio.
- Las manos del dueño no deben tener olores fuertes (tabaco, perfume, especias) – esto lo asustará.
- Para los loros, los sonidos juegan un papel muy importante en la habituación. ¡Recuerde esto!
- A un loro domesticado hay que hablarle con suavidad, en voz baja, incluso puedes tararear algo: esto resulta muy atractivo para los pájaros.
- Ten cuidado cuando tu ave esté fuera de la jaula. Asegúrate de que no se enrede en tu pelo, se caiga detrás de un armario ni salga volando por una ventana abierta.
Los periquitos son animales muy sociables. Disfrutan pasar tiempo fuera de su jaula, posándose en tu hombro o cabeza. Con paciencia y perseverancia, y con el entrenamiento adecuado, pronto se convertirán en verdaderos amigos. Un loro domesticado es muy diferente del ave tímida e intimidada que compraste en la tienda de mascotas. Comunicarse con un ave domesticada y bien educada será una alegría para su dueño.
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