Una botella de spray es un asistente confiable en el entrenamiento de gatos traviesos y alborotadores.

No todos los dueños de mascotas recurren al uso de un pulverizador para disciplinar a sus mascotas que se portan mal. Ya sea por prisa o por descuido, los dueños de gatos se apresuran a abofetear a sus mascotas traviesas con un trapo o a gritarles. Pero existen maneras sencillas y accesibles de corregir cualquier deficiencia en el entrenamiento de su gato, sin recurrir al castigo.

Por qué rociar agua a los gatos es más efectivo que regañarlos y castigarlos

No es ningún secreto que los felinos son notoriamente testarudos. Por esta misma razón, se cree comúnmente que los gatos son difíciles de entrenar. Aunque esto probablemente sea cierto en el caso de los gatos adultos.

Un gatito pequeño que llega a casa puede aprender fácilmente a usar una caja de arena y un comedero. Sin embargo, la vida no es universal. Los gatitos a veces eligen lugares inapropiados para hacer sus necesidades. Y los gatos adultos suelen morder o destrozar los muebles, ignorando el rascador.

Esto requiere entrenamiento. La modificación de conducta debe comenzar con la elección de los medios adecuados. Las mascotas no toleran la violencia física dirigida hacia ellas. No se recomienda golpear a los animales; hacerlo solo refuerza el mal comportamiento. En la mayoría de los casos, un amigo de cuatro patas no entiende por qué se le castiga. Alzar la voz tampoco siempre produce el resultado deseado: el animal se asusta, se ofende y empieza a portarse mal disimuladamente.

En este caso, una botella rociadora llena de agua es ideal. El gato, ante un "ataque" de agua, se ve obligado a abandonar sus planes. La relación con sus dueños no se ve afectada, ya que el gato no asocia los eventos con acciones humanas.

¿Cómo exactamente puedes destetar a un gato de un mal hábito usando una botella de spray?

No puedes simplemente rociar a tu mascota con agua y esperar que deje de portarse mal. Lo más importante que afecta a un gato es el factor sorpresa. Lo inesperado del ataque le causa un estrés considerable y empieza a asociarlo con sus propias travesuras.

Usa el pulverizador cuando se cometa el "delito": tu mascota se cuelga de las cortinas, se sube a la mesa del comedor o está a punto de hacer sus necesidades en un lugar inapropiado. No tiene sentido usar este método si ves a tu gato subiéndose a la mesa y lo pillas haciéndolo.

El rociado puede complementarse o sustituirse con un aplauso fuerte. Si la situación se repite y vuelves a usar el rociador, tu mascota aprenderá que no debe comportarse así. El reentrenamiento no requiere mucha agua. Un solo rociado fuerte soluciona muchos problemas. Los gatos no toleran la sensación del pelaje mojado, por lo que les resulta más fácil retirarse que seguir haciendo travesuras.

Comentarios