Los gatos son sensibles al frío. Durante el invierno, requieren cuidados adicionales para que se sientan cómodos y se mantengan sanos.
¿Qué riesgos le esperan a un gato en invierno?
Además de la hipotermia, los gatos están expuestos a los siguientes riesgos en invierno:
- Resfriados. Estos síntomas incluyen estornudos y goteo nasal. La mucosidad espesa, amarillenta o verde indica una infección. En este caso, la enfermedad puede progresar a bronquitis o neumonía. Los gatitos y los gatos mayores son los más susceptibles a los resfriados. Los animales jóvenes tienen sistemas inmunitarios inmaduros, mientras que los gatos mayores tienen sistemas inmunitarios débiles.
- Congelación de orejas y extremidades.
- Quemaduras químicas por reactivos esparcidos en las calles.
- Pérdida de peso por falta de calorías.
- Deshidratación. Los gatos comen más en invierno, por lo que beben menos líquido.
Paseos de invierno
Si un gato sale regularmente al exterior, independientemente del clima, desarrollará una gruesa capa interna con la llegada del frío. Un gato sano y de peso normal se mantendrá caliente incluso en condiciones de frío extremo. Permítale acceder libremente al interior. Detecta cuándo empieza a hacer frío y regresa a un entorno más cálido.
Los gatitos o gatos adultos que aún no se han acostumbrado al frío deben aclimatarse gradualmente: déjelos salir unos minutos cada vez, aumentando el tiempo que pasan al aire libre cada día. Si el gato se moja o se enfría, séquelo y envuélvalo en una manta abrigada.
Si se produce congelación, los primeros auxilios son esenciales. Aplique una compresa tibia en la zona afectada. La aparición de ampollas e inflamación indica una congelación grave. En este caso, busque atención médica inmediata.
Características del cuidado del gato en invierno
Durante la temporada de calefacción, el aire se vuelve demasiado seco. Es necesario regular la humedad de la habitación. El aire seco afecta negativamente al sistema respiratorio del animal.
Una temperatura agradable para un gato es de 20 a 25 grados Celsius. En invierno, los gatos duermen más y prefieren lugares cálidos bajo una manta o cerca de un aparato de calefacción. Puedes proporcionarle a tu mascota una cama cerca de un radiador o comprar una hamaca colgante especial. Las razas de gatos sin pelo necesitan ropa abrigada.
Los animales de pelo largo deben cepillarse con regularidad. Los enredos y nudos pueden alterar la termorregulación.
Nutrición del gato en invierno
Durante el frío, los gatos gastan mucha energía para mantenerse calientes, por lo que comen más. Necesitan alimentos ricos en calorías, con un alto contenido de proteínas y grasas. Para evitar un aumento excesivo de peso, se les debe alimentar con frecuencia y en pequeñas porciones. Se deben añadir huevos, carne, vísceras y productos lácteos a su dieta.
Los gatos necesitan aminoácidos y micronutrientes para desarrollarse bien. Se les pueden administrar vitaminas. Un médico debe recetar medicamentos tras una exploración. La automedicación puede ser perjudicial para la salud de su mascota. Lo mejor es comprar vitaminas en una farmacia veterinaria.
La avena, el trigo y la cebada germinados son beneficiosos para los gatos. Las hojas verdes contienen vitaminas y ayudan a eliminar las bolas de pelo. Puedes cultivar los granos en el alféizar de una ventana, en un recipiente pequeño lleno de aserrín.
Los gatos son susceptibles a riesgos durante la temporada de frío. Con el cuidado, la nutrición y las precauciones adecuadas, su mascota sobrevivirá el invierno cómodamente y se mantendrá sana.



