¿Crees que lo sabes todo sobre los gatos? ¡Te equivocas! Te revelamos algunos secretos sobre la mascota más popular y esperamos que esto te ayude a comprenderlos mejor... y a amarlos aún más.
No se puede bajar de un árbol de cabeza
Esto se debe a la estructura de sus uñas. Están colocadas de tal manera que el animal solo puede agarrarse hacia adelante. Para asegurar que no tenga miedo de bajar de un árbol, debes enseñarle a hacerlo con la cola por delante, sujetándolo con la mano.
Puede saltar alto y correr rápido.
Estas ágiles criaturas pueden correr rápido, saltar alto, girar y esquivar. Su pecho estrecho y su clavícula pequeña y flexible contribuyen a ello. La columna vertebral del animal es flexible, ya que consta de treinta vértebras. Entre ellas se encuentran discos vertebrales gruesos y bastante elásticos.
Cada gato tiene una nariz única.
Cada belleza peluda tiene su propio patrón único en su nariz: así como es imposible encontrar huellas dactilares idénticas en una persona, también es imposible encontrar dos gatos con el mismo patrón en la punta de su hocico.
El color de la nariz depende del pelaje del animal. Las narices oscuras son comunes en varias razas, lo que puede resultar muy adorable.
Durante la Inquisición se quemaban gatos.
Este es un triste hecho histórico. Los gatos eran considerados la criatura del diablo y el animal en el que se transformaban las brujas. Los animales eran quemados junto con las mujeres y destruidos por miles en toda Europa. Todo cristiano consideraba su deber tratar a la pobre criatura con especial crueldad. El exterminio masivo de gatos provocó una plaga de ratas y la propagación de la peste bubónica, que mató a muchas personas.
Los mejores conversadores
El 95% de los dueños hablan con sus gatos y creen entenderlos. Es cierto. Los sonidos que emite un gato pueden estar dirigidos a los humanos. Las mascotas son muy sensibles al estado de ánimo de sus dueños y, para complacerlos, pueden responderles durante una conversación. Los gatos también usan su maullido para llamar la atención.
Los egipcios lamentaron la muerte de un gato
Cuando moría un gato, la tristeza invadía a todos los habitantes de Egipto. El animal era enterrado con gran reverencia. Para expresar su dolor, los dueños de la mascota fallecida se afeitaban la cabeza. Los egipcios creían en la otra vida, por lo que se colocaban musarañas, ratones y comida momificados en el sarcófago junto con el cuerpo del animal.
Frotarse contra una persona para marcarla con su olor
Muchos creen que así es como los gatos demuestran afecto. Y en parte es cierto. Tienen glándulas especiales en la cara que secretan un olor único. Usan este olor para marcar a una persona, considerándola suya.
Puede producir más de 100 sonidos diferentes.
Incluyendo consonantes. Según los científicos, los gatos pueden pronunciar: m, n, g, h, f, v. En total, pueden producir hasta cien sonidos diferentes.
El cerebro del gato es más parecido al cerebro humano.
Las investigaciones han demostrado que el cerebro felino es 90% similar al humano. La corteza cerebral y los lóbulos cerebrales de gatos y humanos tienen una estructura similar. Los centros responsables de las emociones también son idénticos.
Además, algunos científicos creen que las capacidades mentales de nuestros amigos peludos corresponden al nivel de inteligencia de un niño de dos años.
Los gatos están rompiendo récords
- El gato más largo. En otoño de 2016, Ludo, un Maine Coon de Wakefield, Reino Unido, fue reconocido como el gato más largo. Mide 118 cm (44 pulgadas).
- El gato más pequeño registrado es un Munchkin llamado Fizz Gel. Mide 15,24 cm desde el suelo hasta la cruz.
- Se considera que el gato más gordo es una gata rusa de los Urales llamada Katy. Pesa 23 kg y mide 69 cm de largo.
- Poppy, una mascota de Dorset, fue reconocida como la gata más longeva. Vivió 24 años y 4 meses.
- La gata Tabby fue reconocida como una heroica madre felina, habiendo dado a luz a 420 gatitos en su vida. Este récord se estableció en 1952.
- Se considera que el felino más resistente es un animal encontrado bajo los escombros de un edificio 80 días después del terremoto de 1999 en Taiwán.
