La rabia en los zorros es una enfermedad mortal que también representa una amenaza para los humanos que se atreven a entrar en contacto con este animal salvaje. Es importante conocer los síntomas de la rabia en los animales y nunca acercarse a zorros, ni siquiera a perros: la enfermedad progresa de forma similar en ambos, y el riesgo de infectar a los humanos es extremadamente alto. Si un zorro muerde a una persona, se requieren medidas inmediatas para neutralizar el virus; la atención médica es esencial.
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¿Cómo es un zorro rabioso?
La rabia es común en los animales, y no solo en los salvajes: la frase "perro rabioso" no es casualidad. Gatos, lobos y erizos contraen la enfermedad. Cuando el virus de la rabia entra en el cuerpo de un animal (e incluso en el de los humanos), ataca el sistema nervioso central: comienza en las neuronas, viaja a través de cadenas hasta llegar al cerebro.
Los síntomas progresan rápidamente, pero se acentúan especialmente solo en las últimas etapas de la enfermedad. Se produce salivación constante y las mandíbulas no se cierran por completo. La saliva se propaga al entorno y, desde allí, posiblemente a nuevos huéspedes. Los cazadores suelen infectarse de esta forma al ingerir animales salvajes, sin percatarse del peligro durante mucho tiempo.
Los zoólogos experimentados pueden identificar rápidamente a un animal rabioso en las primeras etapas de la enfermedad; desafortunadamente, esto es difícil para una persona promedio al principio. Los mechones de pelo arrancados y el aspecto "triste" del animal alertan a los cazadores experimentados, aunque estos aún no son signos claros de rabia.
Los siguientes cambios de comportamiento son peligrosos:
- El zorro no tiene miedo de acercarse demasiado a una persona;
- pide cariño;
- por el contrario, intenta atacar a una persona e incluso morderla;
- Intenta correr sin motivo aparente en todas direcciones.
Aún más indicativos de la rabia son los síntomas que aparecen más cerca de la etapa final de la infección:
- salivación excesiva, espuma en la boca, lengua colgante, agresividad;
- marcha inestable, pérdida de coordinación;
- bizqueo, hocico hinchado.
Un signo inespecífico de la rabia también puede ser el agotamiento severo del animal.
Los meses más peligrosos son de febrero a abril: a finales del invierno y principios de la primavera se registra el mayor número de casos de rabia en animales salvajes, especialmente zorros. Esto se debe a que estos meses son la época de apareamiento, durante la cual los machos suelen pelearse. Se lesionan entre sí, lo que aumenta drásticamente el riesgo de propagación de la enfermedad.
Se observa un aumento algo menor de la rabia a finales de año: en diciembre, las crías intentan defender sus derechos, el número de peleas vuelve a aumentar y, con ellas, el número de individuos infectados. Tras estos brotes, los zorros rabiosos mueren rápidamente y la población disminuye, pero el virus persiste: los animales infectados persisten durante todo el año.
La rabia, como cualquier enfermedad, pasa por una serie de etapas claramente definidas:
- Período de incubaciónPuede durar de dos semanas a tres meses. El peligro radica en que el virus ya está en el cuerpo del zorro, pero la enfermedad no se manifiesta. Por eso, una persona mordida por un animal, incluso aparentemente sano, debe buscar atención médica de inmediato.
- Periodo prodrómico. El animal nota malestar (aparece insomnio, la temperatura sube ligeramente), pero la enfermedad prácticamente no se manifiesta externamente: una persona no notará que el zorro está enfermo.
- Período picoEn este momento aparecen todos los signos de la rabia: fotofobia, salivación excesiva, pánico al exponerse al agua, agresividad, etc. Es fácil notar que un animal padece claramente rabia.
- ParálisisLas patas traseras comienzan a fallar, luego otros órganos, y la parálisis se extiende a la cabeza. El zorro mastica objetos incomestibles. La parálisis afecta el centro respiratorio y el animal muere.
En cuanto aparecen los más mínimos síntomas de enfermedad, es demasiado tarde para salvar a un animal. Desafortunadamente, esto también aplica a los humanos.
Qué hacer si te encuentras con un zorro
Un encuentro casual con un animal en el bosque despierta naturalmente el deseo de al menos tomar una foto. Esto se puede hacer, pero solo desde lejos. Evite acercarse a un zorro incluso a menos de 10-15 metros: recuerde que un animal rabioso puede atacar a una persona o, por el contrario, adularla. Alimentar o acariciar a un animal salvaje está absolutamente prohibido (aunque conviene aprender a no hacerlo, incluso al encontrarse con perros y gatos de la ciudad).
Los niños siempre intentan atrapar cualquier erizo que encuentren; estos intentos son menos comunes con los zorros, pero ocurren. Nunca se les ocurra atrapar un zorro salvaje, ni siquiera si el objetivo es llevarlo a un zoológico o a un parque natural escolar. ¡Solo tomen una foto! Después, es mejor alejarse lo más posible de la zona. Si estaban de excursión por el bosque con una mascota, manténganla alejada del zorro también.
Un zorro sano nunca atacará primero a una persona, y si el animal intenta hacerlo, es evidente que siente dolor. Un zorro intrépido, sin instinto de conservación, es casi seguro que padece rabia.
Sin embargo, los zorros salvajes suelen ser portadores de otras enfermedades, como la helmintiasis intestinal y la sarna. Encontrarse con uno no es buena señal, y es fundamental alejarse lo más posible de inmediato. La pregunta es cómo hacerlo si el animal intenta acercarse. Los cazadores experimentados han desarrollado una serie de reglas de conducta al encontrarse con un zorro:
Si persiste el deseo de alimentar a un animal salvaje, puedes lanzarle una golosina desde lejos (al menos tres metros). Esto, por cierto, es una buena manera de distraer al zorro y permitirte escapar a una distancia segura. Intentar alimentar al animal con la mano casi seguro resultará en una mordedura: un zorro no es un perro y no comerá de tu mano.
Antes de atacar a una persona, un zorro suele gruñir y toser. Al mismo tiempo, aplana las orejas. Si observas este comportamiento, debes escapar rápidamente, incluso si eso significa trepar a un árbol.
Un zorro atacante casi siempre apunta al cuello de una persona. Por lo tanto, al retirarse, conviene envolverlo con cualquier objeto disponible: una bufanda, un trapo al azar, incluso una camiseta.
Intentar escapar de un zorro engañándolo (por ejemplo, cambiando bruscamente de dirección como una liebre) no siempre tiene éxito. Un zorro puede derribar incluso a un humano adulto de un salto repentino, aunque el animal no sea tan pesado. Por lo tanto, al retirarse, manténgalo vigilado; es mejor actuar con anticipación.
Dado que el zorro tiene miedo a los ruidos fuertes, al encontrarlo, el ruido, los gritos, golpear un palo en un árbol, etc. suelen ayudar.
A un zorro le encantan los espacios abiertos, y un obstáculo repentino lo confunde. Mientras se retira gradualmente, conviene esconderse detrás de una roca grande o un árbol grande con un tronco grueso. Levantar los brazos en alto también lo intimida, ya que lo hace parecer más grande y amenazante.
Al observar a un zorro alejarse, evite mirarlo directamente a los ojos: la mayoría de los animales perciben esa mirada como un desafío a la lucha. No sonría mostrando los dientes.
Agitar los brazos no asustará al zorro, pero lo hará aún más agresivo.
Por supuesto, si llegaste al bosque en un coche que estaba estacionado cerca, la mejor opción es retirarte lentamente hacia él y encerrarte dentro.
Rabia en humanos: qué hacer si te muerde un zorro
La rabia es mortal para los humanos, al igual que para cualquier mamífero. Es importante recordarlo, pero no se asuste: buscar atención médica inmediata y seguir las recomendaciones del médico evitará que la enfermedad progrese y neutralizará el virus una vez que haya entrado en el cuerpo.
La enfermedad progresa en humanos de forma muy similar a la de los animales de sangre caliente. La infección puede transmitirse por zorros, lobos, perros, gatos, mapaches y otros animales, y no necesariamente por mordedura. La enfermedad también puede transmitirse por contacto de la saliva de un animal rabioso con piel lesionada o incluso con cualquier mucosa.
Si no busca atención médica urgente, puede esperar:
- hinchazón y enrojecimiento en el sitio de la picadura, dolor;
- dolor de cabeza, fotofobia y fonofobia;
- pérdida de apetito, fiebre baja, diarrea, pánico, insomnio;
- después de unos días: dificultades respiratorias, convulsiones, alucinaciones;
- miedo al agua (incluso a verla);
- parálisis de órganos;
- muerte.
Está claro que no hay médico en el bosque. Por lo tanto, el primer paso es tratar la zona dañada. Es necesario lavar la herida (se recomienda agua oxigenada o al menos jabón). Se necesita abundante agua, preferiblemente corriente. Aplique tintura de yodo en la picadura, cúbrala y acuda a urgencias. No necesita ambulancia; puede llegar a un centro médico por su cuenta.
La primera vacunación debe administrarse lo antes posible, a más tardar tres días después de la mordedura o la exposición a la saliva del animal. La vacuna contra el tétanos se administra simultáneamente con la vacuna contra la rabia. Si la mordedura no fue de un humano, sino de un perro, el animal debe ser llevado a una clínica veterinaria.
El número de vacunas depende de la situación y se administra estrictamente según un calendario. ¿Qué significa "dependiendo de la situación"? Es importante la rapidez con la que se inicia el tratamiento; el médico necesita información sobre la especie animal y las circunstancias del incidente. En ocasiones, los animales mordidos son hospitalizados para recibir tratamiento. La medicina ya no es lo que era, y la historia de terror de las "40 inyecciones en el estómago" ya no es válida. Un tratamiento típico consiste en 5-6 inyecciones a lo largo de un mes, según un calendario. La vacuna es un virus vivo y debilitado, y su administración oportuna garantiza la ausencia de problemas de salud.
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Rabia en animales: consejos y consideraciones
No hay matices especiales a la hora de proteger a los animales de la rabia: lo principal es intentar prevenir la mordedura y, si ocurre algún problema, no entrar en pánico y acudir al veterinario lo antes posible.
Es importante recordar:
- Todo lo anterior se aplica no sólo a los zorros salvajes: el virus de la rabia puede estar presente en el organismo de cualquier animal, incluidos los domésticos;
- A la hora de adentrarse en el bosque es imprescindible llevar un mini botiquín de primeros auxilios que contenga algodón, una venda, desinfectantes (peróxido de hidrógeno, yodo, alcohol, etc.) y una botella grande de agua limpia;
- Al intentar distraer a un zorro con una golosina arrojadiza, debes recordar que es un depredador que probablemente no esté interesado en una manzana o una zanahoria;
- A la hora de alejarse de un animal, es mejor dar pequeños pasos, retrocediendo para poder observarlo con la visión periférica y estar preparado para cualquier cosa;
- El virus es especialmente peligroso para las personas debilitadas: niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas.
La rabia es una enfermedad que, sin tratamiento, inevitablemente causa la muerte. Es importante aprender a evitar el contacto con animales desconocidos, especialmente salvajes, desde una edad temprana. Una mordedura accidental no es una sentencia de muerte, pero buscar atención médica es esencial.
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