Los delfines son las criaturas marinas más inteligentes y favoritas de todos. Pero resulta que pueden ser más que adorables y mimosos. Algunos de sus hábitos sugieren que pueden ser astutos e incluso crueles.
Delfines drogadictos
Los científicos han observado un hecho interesante: delfines jóvenes se estaban dando un capricho con el fugu. Este pez contiene una sustancia narcótica dañina y peligrosa llamada neurotoxina. En pequeñas dosis, no es letal, pero produce un efecto narcótico. Los delfines adolescentes se turnaban para masticar el pez y, sin duda, lo disfrutaban.
Delfines tiranos
Estos animales marinos carecen de cortejo. Dentro de sus manadas, estos machos mamíferos pueden ser auténticos tiranos, obligando a las hembras a aparearse. Resulta que son muy activos sexualmente.
Si la hembra desobedece, el macho la separa de la manada, la priva de comida y le impide unirse a la familia por todos los medios. Esto continúa hasta que la hembra, exhausta, acepta una "unión de apareamiento".
Delfines amantes de las ballenas
A los mamíferos les encanta surfear sobre las olas que levantan las ballenas, o incluso sobre sus lomos. Para lograrlo, los delfines, a veces más de mil, las siguen. Intentan obligarlas a sumergirse, atrapar las olas que crean y deslizarse sobre ellas como si fueran un tobogán.
Delfines ladrones
Cuando están inactivos, los mamíferos pueden causar problemas o incluso robar a alguien. Por ejemplo, en Orlando, Florida, un delfín travieso una vez le tiró una tableta de las manos a una mujer, con ganas de divertirse.
Ella logró sacar rápidamente el dispositivo del agua, y el ladrón estaba muy contento con su broma exitosa.
Delfines que odian a los surfistas
Este animal, aparentemente inofensivo, puede atacar a las personas simplemente por diversión. A veces, simplemente nadan junto a un navegante o un surfista por curiosidad. Pero también pueden derribar fácilmente a alguien de su tabla de surf con un golpe fuerte o volcar un barco por travesura.
Por eso, al practicar surf en el mar, siempre debes recordar que, a pesar de su agradable apariencia y sociabilidad, los delfines siguen siendo animales salvajes y no puedes confiar en ellos.
Los científicos opinan que los animales marinos como los delfines no sólo pueden ser amables y simpáticos, como comúnmente se cree, sino también malvados, traviesos, injustificadamente crueles y cometer actos extraños.



