Nadie es inmune a un ataque de perro. Un encuentro con un animal así pone en peligro no solo la salud, sino también la vida. Para protegerse y proteger a sus hijos, es importante saber qué no hacer al encontrarse con un perro agresivo.
No le des la espalda y no intentes huir.
Los perros suelen atacar por la espalda. No intentes escapar. Si un animal ve una criatura u objeto que se mueve rápidamente, se activa su instinto de persecución. Este es un mecanismo muy antiguo, heredado de los animales salvajes. Solo debes huir si el perro está relativamente lejos de ti y hay un refugio cerca, como un coche, una tienda o una puerta.
No intentes recoger nada del suelo si el perro está cerca.
Puedes agacharte para avisarle al animal que estás recogiendo algo del suelo, pero solo si no está cerca. Asumirá que estás recogiendo un palo o una piedra y podría usarlo. A muchos perros callejeros les han lanzado algo al menos una vez, y esta experiencia puede asustarlos y hacer que huyan. Pero al agacharte junto a un posible agresor, expones tu cara y cuello, donde inevitablemente se enganchará, decidido a atacar primero.
No te quedes callado
Bajo ninguna circunstancia grites histéricamente de miedo. Recupérate y ordena al perro que se retire con voz autoritaria. Intenta darle la orden "atrás" o "no"; en algunos casos, esto puede funcionar.
Puedes intentar ahuyentar al animal gritando, pero tu voz debe ser áspera y amenazante, y el volumen debe aumentar al terminar. Si no logras ahuyentar al perro, pide ayuda a los transeúntes.
No entrar en pánico
Intenta no tenerle miedo a tu amigo de cuatro patas; lo percibe. El miedo provoca que el cuerpo humano libere grandes cantidades de adrenalina y noradrenalina, que el olfato ultrasensible de un perro puede detectar.
Recuerda: tu incertidumbre solo aumentará la confianza del animal y lo volverá más agresivo contigo. Es importante que te recuperes y evalúes la situación objetivamente. No muestres miedo y ten confianza, porque solo una evaluación clara de la situación puede salvarte.
No tengas miedo de golpear a un perro que te ataca.
Si no puedes evitar un conflicto con un mestizo, debes estar completamente preparado para la pelea y no tener miedo de atacar. No muestres piedad a tu oponente, ya que no tienen concepto de humanidad y matarán a su presa si se les da la oportunidad.
Si tienes una bolsa o mochila (u otro objeto similar), sostenla frente a ti. Esto animará al perro a agarrarla, lo que te dará una oportunidad segura para atacar. No lances el objeto, ya que el perro pronto perderá el interés y se volverá contra ti. Tira de él para intensificar la mordida y luego golpea su punto débil. Aquí tienes algunos ejemplos:
- nariz;
- puente de la nariz;
- base del cráneo;
- mitad de la espalda;
- plexo solar;
- estómago.
Intenta golpear al perro en la nariz lo más fuerte que puedas, ya que es su zona más sensible. Sentirá un dolor intenso y se retirará. También puedes intentar golpear el puente de la nariz o la base del cráneo. Si no tienes ningún objeto y el perro está saltando, intenta patearlo en el estómago o el pecho. Si el golpe es fuerte y preciso, el impacto será doloroso y el animal se retirará.
No te dejes rodear por varios perros
Si te encuentras con una jauría de perros, no te dejes rodear. Trabajando juntos, los perros mestizos rodean a sus presas para atacar por la espalda. En este caso, ganar la pelea es extremadamente difícil a menos que recibas ayuda. Mira a tu alrededor para ver si hay una pared, una valla o un vehículo grande cerca. Si hay un objeto grande cerca, lentamente, sin darle la espalda ni de lado a los agresores, apóyate contra él. Esto reducirá significativamente la probabilidad de un ataque y te dará la oportunidad de pedir ayuda.
Estas son las recomendaciones básicas de los entrenadores de perros, que puedes seguir para evitar conflictos y salvar tu salud y tu vida en un encuentro peligroso con un perro. Recuerda: no solo eres más fuerte que un perro promedio, sino también más inteligente, así que usa tu arma más importante y ventajosa: tu ingenio. Después de todo, la fuerza es el último recurso, y la mejor pelea es la que nunca tuviste.




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