Los gatos son animales curiosos. Mientras pasean o están en casa, pueden probar fácilmente algo incomestible o peligroso. Por lo tanto, es crucial conocer los síntomas de envenenamiento en gatos. Esto le permitirá brindar asistencia oportuna o incluso salvar a su mascota de la muerte. Los signos que se enumeran a continuación son comunes a todos los tipos de envenenamiento.
El gato está vomitando
El vómito es la reacción del organismo a la ingestión de sustancias nocivas en el tracto gastrointestinal. Con frecuencia, se trata de pastillas ingeridas accidentalmente por el gato u otros productos químicos, como limpiadores domésticos y desinfectantes.
Las mascotas que viven en libertad están expuestas a otro peligro. Los vómitos suelen deberse a venenos que se dejan deliberadamente en las calles. Estas trampas son colocadas por quienes se encargan de limpiar la ciudad de animales callejeros.
Si nota que su gato vomita, debe actuar lo antes posible. Su gato necesita un tratamiento, así que deberá acudir al veterinario de inmediato o intentar solucionar el problema usted mismo.
La mascota tiene las pupilas dilatadas.
Se observa dilatación o constricción de las pupilas tras consumir plantas venenosas. Estos síntomas suelen ir acompañados de aumento de la frecuencia cardíaca.
Olvídate del estereotipo de que un gato envenenado se sienta tranquilo en un lugar apartado. Pueden volverse hiperactivos y mostrar un comportamiento extraño.
Si su mascota muestra un comportamiento inusual, preste atención y programe una cita veterinaria, especialmente si el tamaño anormal de las pupilas persiste. Si presenta síntomas adicionales de intoxicación (vómitos, salivación), busque atención médica inmediata.
El gato se niega a comer
Los cambios negativos en el cuerpo de tu mascota no siempre se notan de inmediato. Las sustancias nocivas pueden actuar gradualmente, y no notarás vómitos, inquietud ni pupilas dilatadas. Sin embargo, si tu gato rechaza la comida durante varios días, es hora de prestar atención.
Tenga en cuenta que los gatos pueden reaccionar al hambre no solo por intoxicación alimentaria o química. Si su mascota está enferma, por ejemplo, con una infección viral, también reducirá su apetito. Por lo tanto, si su gato rechaza incluso sus golosinas favoritas, es hora de alertar.
Aumento de la salivación
La salivación excesiva indica que el cuerpo de la mascota intenta digerir los alimentos, pero no es capaz de procesarlos. Esto siempre ocurre cuando un gato ingiere sustancias inapropiadas o incluso peligrosas.
La salivación excesiva es fácil de detectar. Si no desaparece en una hora y se acompaña de otros signos de intoxicación, no espere a que desaparezca por sí sola. Busque ayuda inmediata o, al menos, una consulta telefónica con un especialista. Describa sus síntomas y le indicará los pasos a seguir.
Cuidar la salud de un gato es responsabilidad de todo dueño. El bienestar de esta pequeña criatura peluda, y a veces incluso su vida, depende de la sensibilidad y la responsabilidad del dueño.



