Los gatos son considerados incluso más testarudos que los perros y pueden volverse agresivos a la menor oportunidad. Veamos qué evitar al interactuar con gatos.
A los gatos no les gusta que los besen.
Besar no es un comportamiento natural en los animales, por lo que esta muestra de afecto sobrecarga el sistema nervioso de los gatos. Además, deja marcas invisibles en su pelaje, algo indeseable para las mascotas. Intenta limitar los besos a tus gatos para que no tengan que esconderse debajo del armario.
Lo peor que puede hacer un gato es volar por los aires.
Podrías pensar que es divertido lanzar y atrapar al gato. Sin embargo, su instinto de supervivencia le hace pensar en el peligro, y en ese momento experimenta un estrés real. Si no quieres vengarte del gato, no lo lances.
No toques las patas del gato.
La pata de un gato cumple diversas funciones, desde el aseo hasta la protección, y también se usa para colocarla sobre otro gato y demostrar dominio. Un gato te percibe como un igual, y si no quieres que te arañe, evita tocarle las patas innecesariamente.
Ni un perro ni un gato pueden decirte qué les asusta o les molesta. Es tu responsabilidad, como dueño, responder con prontitud y de forma adecuada a las señales de tu mascota. Respeta a tu mascota y solo te traerá alegría.




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