El silbido es una señal de advertencia de que el animal no quiere interactuar y pide que lo dejen solo. Este comportamiento puede desencadenarse por una situación estresante en la que el gato se siente amenazado. Esto puede ocurrir en respuesta a ruidos fuertes, la llegada de invitados o un animal extraño, o si el gato se encuentra en un lugar desconocido.
Agresión
Los gatos son animales valientes y, por lo tanto, demuestran que, a pesar de su miedo, están listos para defenderse. Este comportamiento también puede desencadenarse por movimientos repentinos de su dueño, que la mascota interpreta como agresión.
Puedes evaluar el estado de tu mascota por su apariencia: se pone tenso, arquea el lomo para parecer más grande, aprieta las orejas hacia atrás y contrae las pupilas. Esta apariencia indica una repentina descarga de adrenalina y una intensa concentración. El pelaje erizado le da al animal una apariencia aterradora.
Nunca castigues a tu mascota; después de un tiempo, se calmará y probablemente se acercará a ti para pedirte cariño. Intenta no hacer movimientos bruscos cerca de tu mascota para evitar estas situaciones.
Descontento e irritación
El siseo también puede deberse a irritación y descontento. Es la forma en que el gato demuestra que está de mal humor y que no debe acercarse. No quiere interactuar ni jugar, y quiere que lo dejen solo. En esta situación, es mejor no molestar al animal para que no te ataque.
Los gatos son criaturas muy sensibles, y si silban constantemente en presencia de una persona en particular, entonces quizás esa persona no tenga muy buena energía o simplemente no le guste al animal.
Miedo y dolor
Los movimientos repentinos, los ruidos fuertes, la caída de objetos y el movimiento de otras mascotas pueden provocar un miedo intenso y repentino en un gato, que se expresará mediante erización del pelaje y silbidos.
La mascota intenta instintivamente protegerse y demostrar que es más grande de lo que realmente es arqueando su espalda y erizando su pelaje.
Una reacción similar puede ocurrir si pisas accidentalmente a tu mascota, la atrapas en una puerta o chocas con ella. Al moverte por la casa, ten cuidado de no lastimar accidentalmente a tu mascota, especialmente si es un gatito.
Silbidos por sensaciones dolorosas
A veces, las mascotas silban cuando sienten dolor. Este comportamiento es un intento de protegerse del contacto con humanos y otros animales. Los gatos creen que tocarlos les provocará más ataques de dolor. Se esconden en un lugar apartado y esperan a que el dolor disminuya o, por el contrario, caminan ansiosos por el apartamento.
Si una mascota intenta encogerse o camina de un lado a otro inquieta, no se calma durante mucho tiempo, se retuerce inquieta, rechaza la comida o parece aletargada, el dueño definitivamente debe consultar a un veterinario. El gato podría estar enfermo o herido.
Si tu gato bufa, arquea el lomo o parece estar listo para atacar, no lo molestes. Debería calmarse después de un rato, así que dale un premio. Si tu mascota bufa e inquieta, busca atención médica inmediata para descartar una enfermedad o lesión.



