Los gatos tienen su propio lenguaje. El objetivo principal de un buen dueño es aprender a comprender a su mascota. Las señales de un gato feliz se harán evidentes si prestas atención a su comportamiento, ya que los animales literalmente "dicen" lo felices que están.
Si tu mascota se alegra de verte, saldrá a saludarte con la cola en alto, cuya punta puede curvarse ligeramente e incluso contraerse.
Los animales felices descansan completamente relajados. Duermen con las patas delanteras dobladas. Tienen las orejas tensas y los ojos entrecerrados si el gato simplemente descansa, o bien cerrados si duerme.
A menudo puedes ver a tu peludo amigo tumbado boca arriba con las patas levantadas. Esto significa que está completamente relajado, confía en ti y es muy, muy feliz.
A los gatos felices les encanta el cariño. No solo se dejan acariciar, sino que también se acurrucan junto a la mano de su dueño.
Los gatos contentos se comportan como gatitos. Son extremadamente curiosos y juguetones.
Si una mascota quiere jugar, puede sentarse o acostarse de lado con las patas estiradas.
Los animales que están contentos con su vida pasan mucho tiempo acicalándose.
Si notas estas señales, entonces eres un gran dueño y tu gato tiene suerte.















