Muchas personas alimentan a sus mascotas con su propia comida, sin saber que esta puede ser peligrosa. Los gatos son carnívoros por naturaleza y su dieta debe consistir principalmente en carne. También hay varios alimentos que no se deben dar a los gatos, ya que son dañinos e incluso pueden causarles la muerte.
Chocolate y todos los productos que contengan granos de cacao
El chocolate contiene una sustancia llamada teobromina, contraindicada para los gatos. Su ingestión provoca un aumento de la frecuencia cardíaca y un ritmo cardíaco irregular. El animal se vuelve hiperactivo e inquieto.
Está claro que un trocito de chocolate o algún dulce similar a base de cacao no le causará la muerte. Sin embargo, si su mascota continúa dándose ese gusto, podría morir de un infarto. Esto es especialmente cierto en el caso de los gatitos pequeños.
Además de la teobromina, estos dulces también contienen grandes cantidades de azúcar. El azúcar causa problemas dentales en los animales, lo que puede provocar obesidad y diabetes.
Hígado
Este producto es demasiado graso y sobrecarga considerablemente el sistema digestivo del animal. Debido a su alto contenido en sustancias biológicamente activas, puede causar molestias digestivas y trastornos metabólicos.
El hígado es especialmente peligroso para los gatos adultos con enfermedad pancreática. Si el animal está sano, se puede ofrecerle hígado picado ocasionalmente, pero solo si está cocinado.
Verduras
No se deben añadir verduras a la dieta de un gato. Los tomates, por ejemplo, contienen solanina, que es tóxica para tus peludos amigos. Este alcaloide altera la composición sanguínea, afecta negativamente la función renal y deprime el sistema nervioso.
No dejes que tu mascota coma las hojas y los tallos de esta planta. Una vez cocinados, los tomates ya no representan una amenaza. Un alcaloide similar también está presente en las patatas crudas.
El repollo y las legumbres son menos dañinos, pero pueden causar flatulencia e hinchazón. Los veterinarios consideran que las zanahorias, el calabacín, la remolacha cocida y los pepinos son verduras seguras. El brócoli es aceptable, pero con moderación.
Hongos
Los hongos son un alimento pesado, difícil de digerir para los gatos y tardan mucho en descomponerse. La quitina que contienen no se descompone en absoluto.
Además, los hongos tienen la capacidad de acumular sustancias tóxicas del ambiente. Esto, en ocasiones, puede provocar un shock tóxico, con consecuencias nefastas.
Ajo y cebolla
Las cebollas contienen sustancias llamadas sulfóxidos y disulfuros. Estas afectan negativamente a los glóbulos rojos de los gatos, destruyéndolos. El consumo regular de este producto puede causar anemia hemolítica.
Los primeros síntomas de esta afección aparecen a los pocos días: diarrea, vómitos, pérdida de apetito y letargo. Las cebollas son perjudiciales tanto frescas como cocidas. El ajo, en cambio, tiene un sabor picante e irrita el estómago, causando gastritis.
Alazán
Es poco probable que los gatos domésticos se topen con la acedera como planta. Sin embargo, sus dueños deben ser conscientes de su toxicidad. Esta verdura de hoja verde contiene ácido oxálico, que puede causar insuficiencia renal en los gatos.
Existe riesgo de intoxicación grave. La acedera cocida no es tan dañina, pero aun así puede causar diarrea.
Uva
Esta fruta, ya sea fresca o seca, puede causar vómitos y diarrea, dolor abdominal y pérdida de apetito. Pero el principal peligro de las uvas y las pasas es que a veces pueden causar insuficiencia renal, lo que significa que representan una verdadera amenaza para la vida de un gato si se consumen con frecuencia.
La prohibición no se limita a bayas individuales, sino que también se aplica al muesli y a las tartas de frutas.
cabezas de pescado
A los gatos les encanta el pescado. Si bien es aceptable alimentarlos, es mejor limitar la cantidad a mariscos para evitar que tu gato se contagie de parásitos. Sin embargo, no permitas que tu gato coma cabezas de pescado, ya que pueden dañar la laringe al masticarlas.
Tras la ingestión, los fragmentos afilados suelen raspar el esófago del animal, causando lesiones erosivas y hemorragia. Al penetrar en el intestino, los trozos de cabeza de pescado pueden provocar inflamación, sepsis o incluso perforación intestinal.
El gato herido requerirá una cirugía urgente y no siempre es posible salvar la vida del animal en tal caso.
Huesos de pollo y carne
Cuando un gato mastica huesos, crea fragmentos afilados. Estos pueden dañar fácilmente la boca y la garganta del animal, o perforar el estómago o las paredes intestinales, provocando peritonitis.
También existe riesgo de asfixia con pequeños fragmentos. Por lo tanto, se recomienda retirar los huesos de la carne antes de dársela a su gato.
Es importante abordar la dieta de tu mascota con responsabilidad. La salud y la vida de tu pequeño amigo dependen de la comida que elijas. Los dueños de gatos deben recordar que el cuerpo de sus mascotas es muy diferente al de los humanos y es posible que no toleren los mismos alimentos a los que estamos acostumbrados.



