Las mascotas aportan mucha alegría a un apartamento o casa. Pero a veces su comportamiento puede resultar molesto e incluso irritante. Por ejemplo, a algunos gatos les encanta arañar los muebles y el papel pintado, algo que hay que evitar. A nadie le gustaría un apartamento destartalado.
¿Por qué hacen esto?
Hay varias explicaciones para este hábito, y juntas pintan un panorama muy claro:
- Su mascota ha sido un depredador desde la antigüedad, y arañar es una habilidad de caza que necesita entrenamiento.
- Al arañar los muebles o el papel pintado, el animal ejercita perfectamente sus músculos.
- Incluso los osos en el bosque marcan su territorio arañando los árboles, y los gatos intentan seguirles el ritmo.
- A veces es así como alivian la irritación nerviosa.
- El gato cuida mucho su apariencia, por lo que simplemente hace una especie de manicura felina.
Cómo destetar
Existen varios métodos probados:
- A los gatos les aterrorizan los ruidos fuertes. Ten a mano un sonajero o un tarro con monedas: si pillas a tu amigo peludo haciendo esto, hazle sonar y saldrá corriendo.
- Puedes detener el mal comportamiento con tu voz o con un silbido fuerte.
- A los gatos no les gusta el olor del vinagre ni de los cítricos, así que rocíe frecuentemente las áreas dañadas con esta mezcla.
- En las tiendas correspondientes venden sprays que además tienen un olor desagradable para el animal.
- Algunas personas cuelgan un globo en la escena del supuesto "crimen". El gato lo araña, haciéndolo estallar, creando un efecto impactante.
- Compre o haga un poste rascador con corteza de árbol o una tabla.
Si el hábito persiste
Los gatos son criaturas testarudas. Si no puede dejar el hábito, compre fundas especiales para uñas y córtele las uñas a su mascota con más frecuencia, pero con cuidado. Al salir, cierre bien la puerta de la habitación donde su mascota se comporte así.
No regañes a tu mascota después de que haya arañado algo; no entenderá el motivo de tu enojo. Expresa tu desaprobación durante el comportamiento destructivo.
Intenta comunicarte más a menudo con tu gato, así aprenderá a entender tu disgusto sólo por la entonación de tu voz y no necesitarás asustarlo ni castigarlo con nada.




