La mayoría de las personas se sienten cautivadas por la visión de estas encantadoras y elegantes criaturas, los gatos, y los eligen como mascotas. Su mera presencia en nuestras vidas nos brinda alegría diaria, y acariciar a un gato es doblemente placentero. Intenta combinar placer con beneficio en tu tiempo libre: dale un suave masaje a tu mascota.
palmaditas
Para empezar, sacuda las manos y frótelas para estimular la circulación. Prepare a su gato para la sesión: colóquelo sobre una manta doblada o en su regazo. Acarícielo suavemente en dirección a su pelaje. Háblele con voz suave y tranquilizadora. Cuando sienta que su gato se relaja, comience el masaje.
- Acaricia suavemente todo el cuerpo de tu gato, desde el hueco entre las orejas hasta la base de la cola. No todos los gatos te dejarán tocarles la cola, así que deja el masaje para el último momento.
- Practica con la mano: golpea tus dedos suave y rápidamente, como si estuvieras tamborileando sobre una mesa.
- Golpea con el dedo la barbilla del gato con la misma rapidez y ritmo. Esto es beneficioso para los órganos que rodean los ojos.
- Ahora, con los dedos relajados, dé ligeros golpecitos a lo largo de la espalda, desde los hombros hasta las piernas. Muévalo de arriba a abajo. Masajee los músculos de la columna, pero no la columna misma.
- Utilizando los mismos movimientos suaves, dé palmaditas en los muslos de su mascota durante 2 o 3 minutos.
- Masajee los músculos grandes, evitando las zonas donde los huesos estén cerca de la piel.
- Después de esto, acaricia al gato un par de veces más desde la cabeza hasta la cola con movimientos suaves de ambas palmas.
Las palmaditas estimulan el sistema nervioso y tienen un efecto relajante en tu mascota.
Estiramiento corporal
Después de dar palmaditas, pasamos al amasado:
- Aplicando una presión suave, realice movimientos circulares a lo largo de los músculos, primero en sentido horario y luego en sentido antihorario. Aumente la presión gradualmente. Tenga cuidado de no excederse, ya que esto puede causarle molestias a su mascota.
- Utilizando los pulgares de ambas manos, masajee los músculos del hombro realizando pequeños movimientos circulares.
- Empezando por los hombros, baje hasta las patas, masajeándolas con las yemas de los dedos de arriba a abajo. Acaricie las almohadillas con movimientos circulares.
- Masajee los músculos de la espalda a ambos lados de la columna, moviéndose desde el cuello hasta la cola.
El amasamiento aumentará el flujo sanguíneo a los músculos y mejorará la circulación en todo el cuerpo del animal. Esta etapa del masaje favorecerá la relajación.
Acariciando
A continuación, pasamos a acariciar:
- Acaricia a tu mascota, recorriendo lentamente todo su cuerpo con una presión suave. Cuanto más deliberados sean tus movimientos, más placer le brindarán.
- Acariciar suavemente la cola sin doblarla, para no causar molestias al animal.
- Acaricia a tu mascota alrededor del hocico y la barbilla. Esto es especialmente útil para los gatitos jóvenes, ya que mejora la digestión.
- En la etapa final, acaricia la cabeza, la espalda, las patas y la cola de tu mascota unas cuantas veces más con ambas manos juntas, como si cubrieras todo el cuerpo con las palmas.
Algoritmo de masaje
Si tu gato está sentado, puedes masajear ambos lados a la vez. Si está tumbado de lado, masajea primero un lado y luego, volteándolo suavemente, masajea el otro. Es más fácil masajearlo boca abajo.
Empieza siempre con una caricia tranquilizadora. Espera a que el gato se relaje y confíe plenamente en ti. Acaricia el cuerpo y las patas, avanzando hacia la cola. Si el gato no mueve la cola para expresar su desagrado, continúa acariciando hasta la punta.
El siguiente paso es dar ligeros golpecitos con las yemas de los dedos. Muévete desde el hocico hasta la base de la cola. Luego, amasa los músculos con movimientos circulares, aumentando gradualmente la presión.
Finalmente, acaricie a su mascota por todo el cuerpo varias veces, aplicando una presión suave. Su gato percibirá esta acción como una señal de que el masaje ha terminado.
Recuerda que estás dando un masaje suave y preventivo. Si tu mascota necesita un masaje terapéutico, remítela a un especialista o veterinario.
Tras la sesión, la circulación del gato mejora, aumenta su resistencia a las enfermedades y, lo más importante, establece un vínculo especial con su dueño. Para el dueño, esta interacción con su mascota le ayuda a relajarse, aliviar el estrés e incluso a bajar la presión arterial.
Un masaje suave no solo es una forma maravillosa de cuidar a tu gato, sino también una oportunidad fantástica para conectar con él. Si tu gato ronronea con satisfacción, lo has hecho todo bien.



