6 cosas a las que los gatos y los perros reaccionan de manera diferente

Al observar el comportamiento de gatos y perros que viven en el mismo hogar, se puede notar lo diferentes que son estos animales. Sus reacciones ante las mismas cosas y acciones pueden ser completamente opuestas, por lo que a veces es difícil saber qué esperar de vivir junto a estas mascotas.

Reacción a los alimentos

Los perros son omnívoros. Comen con gusto cualquier cosa que su dueño les ofrezca, especialmente si se les da de comer a mano. Sin embargo, su capacidad para digerir cualquier cosa con facilidad no los protege de posibles intoxicaciones. Por lo tanto, es importante alimentar a tu perro con comida especial o snacks saludables, y vigilar su alimentación.

Los gatos, por otro lado, son quisquillosos con la comida. Prefieren pasar hambre antes que comer algo que no les gusta. Si tu mascota rechaza una golosina, revisa la fecha de caducidad y la calidad del alimento. Es fundamental ofrecer una alternativa, ya que los gatos hambrientos pueden ser peligrosos para su salud.

Reacción a los juegos

Los perros perciben a sus dueños como líderes de la manada, por lo que juegan con ellos como corresponde: sin agresividad ni ataques. Disfrutan del juego activo y ruidoso al aire libre y de la interacción social.

Según los zoólogos, los gatos ven a sus dueños como "gatos grandes y amigables". Por lo tanto, al jugar con humanos, se comportan como si fueran de su especie: se acercan sigilosamente, se abalanzan sobre ellos disimuladamente y terminan el juego abruptamente si ya no les queda más remedio.

Reacción a los invitados

A menos que un perro haya sido entrenado como perro guardián, suele estar encantado de recibir gente nueva en casa. Sin embargo, la mascota dependerá de la reacción de su dueño: si este confía en el recién llegado, el perro también lo hará.

Con los gatos, las cosas no son tan claras. Es imposible predecir cómo reaccionará un gato ante un extraño. Podría sisear y abalanzarse sobre uno, y luego acurrucarse con otro. Su reacción dependerá de sus propias observaciones: al principio, una mascota podría observar a un invitado en un lugar discreto y luego establecer contacto.

Reacción al propietario

Para un perro, su dueño es su líder. Por lo tanto, las mascotas requieren interacción y comunicación constante con su dueño: esto les ayuda a sentirse seguros. Esto explica por qué los perros siguen felices incluso después de que su dueño regrese de la tienda 10 minutos después.

Los gatos son animales más independientes. Si un gato sabe que su comedero está lleno, su arenero limpio y ha jugado recientemente, no molestará a su dueño durante mucho tiempo. Sin embargo, a pesar de su amor por la libertad, los gatos no tienen menos apego emocional a los humanos que los perros.

Respondiendo al llamado

Los perros distinguen a las personas principalmente por el olfato y la vista, pero también pueden distinguir la voz de su dueño. Cuando un perro oye a su dueño, se activa su reflejo de "premio" y corre alegremente hacia él.

Los gatos, por otro lado, son excelentes para distinguir las voces humanas y pueden reconocer inmediatamente a "su" humano. Sin embargo, a lo largo de la evolución, para sobrevivir y evitar convertirse en presas, se han adaptado a ocultar sus emociones. Por lo tanto, reaccionan a la llamada de su dueño casi imperceptiblemente: sus pupilas se dilatan y sus orejas se estiran hacia la fuente del sonido. Para una persona, esto podría parecer como si el gato no lo hubiera escuchado o lo hubiera ignorado.

Entrenamiento de mando

Entrenar perros con premios no es difícil. Poco a poco, el perro aprenderá todas las órdenes que su dueño le pide y las ejecutará con gusto a cambio de una recompensa. Los gatos son tan fáciles de entrenar como los perros. El principal reto del entrenamiento felino es que solo lo hacen cuando les apetece. Pero con tiempo y paciencia, se pueden lograr resultados extraordinarios.

Los ejemplos descritos anteriormente demuestran lo diferentes que son los gatos y los perros. Comparten una cosa: el amor y la devoción a sus dueños, aunque lo demuestren a su manera.

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