La depresión no es algo exclusivo de los humanos; los gatos y los perros también tienen muchas razones para padecerla. La depresión puede desencadenarse por cambios en el estilo de vida de una mascota y puede persistir hasta que se adapte o el desencadenante desaparezca. Los signos de depresión son fáciles de detectar: su mascota puede dormir más, volverse letárgica o agresiva, o comer menos. Una vez identificados los signos principales, es importante comprender las causas subyacentes y abordarlas.
Si el animal está mal alimentado
Cuando la dieta de una mascota cambia, puede sentirse desanimada y perpleja. La mascota no recibe sus golosinas favoritas o la cantidad de comida ha disminuido por culpa del dueño; estas son las principales causas del mal humor. Los gatos y los perros deben tener una dieta variada, pero en cantidades iguales, y alimentarse de 2 a 3 veces al día. La situación se puede corregir retomando el horario de alimentación anterior. Los cambios en la dieta deben hacerse gradualmente; a los animales no les gustan los cambios repentinos.
Si el animal se queda solo durante mucho tiempo
Los gatos y los perros son animales sociales que necesitan atención humana. Si su dueño se ausenta por largos periodos, las mascotas comienzan a aburrirse. Cuando se quedan solos periódicamente, el aburrimiento se agrava y puede provocar diversas enfermedades. La intervención oportuna del dueño puede ayudar a prevenir cambios de humor posteriores. La principal responsabilidad del dueño es brindarle atención a su mascota.
Si una mascota se separa de un animal cercano
Este punto es relevante si una gata o perra que acaba de parir ha perdido a su gatito; por ejemplo, si su dueña se lo llevó para venderlo. Si bien los animales pueden no ser capaces de experimentar toda la gama de emociones humanas, su instinto maternal está igualmente desarrollado. Se apegan a sus crías y perciben su pérdida. En este caso, es necesario esperar a que el dolor de la madre se calme y el animal vuelva a la normalidad.
Si los dueños dedican poco tiempo al animal
La falta de afecto es una causa grave de tristeza. Si una mascota solo puede esperar una caricia al día, el resentimiento surgirá rápidamente. Una mascota necesita sentirse constantemente querida y bien recibida por su familia; lo contrario le provocará angustia emocional. Un dueño necesita estar activo con su mascota; el juego y el cuidado son clave para su bienestar.
Si aparece un rival en la casa
En este caso, lo más probable es que la mascota se vuelva agresiva. Esto es especialmente cierto si hay dos machos en casa. Al principio, puede que no se lleven bien, pero la situación mejorará con el tiempo. El dueño debe intentar reconciliarlos por diversos medios. Sin embargo, existe el riesgo de que nunca se lleven bien, en cuyo caso será necesario separar sus espacios o buscar un nuevo hogar para la nueva mascota.
Si la situación ha cambiado
Como se mencionó, cualquier cambio puede causar incomodidad a un animal. Por ejemplo, si el dueño se muda, debe garantizar condiciones de viaje cómodas tanto para el gato como para el perro para evitar dificultades innecesarias. Es importante que el dueño esté presente en todo momento para que el animal se sienta seguro. Una vez que la mascota se acostumbre a su nuevo hogar, estará tranquila y tímida por un tiempo. La clave es tener paciencia y esperar a que se recupere.



