La cuestión de quién es más inteligente, los gatos o los perros, es un tema de eterno debate entre criadores de perros y dueños de gatos, y también motivo de numerosos estudios realizados por biólogos.
Las capacidades intelectuales de los gatos
Los gatos tienen capacidades de inteligencia sensoriomotora más desarrolladas que los perros. Esto significa que estos depredadores son más sensibles y precisos en sus movimientos, lo que los convierte en excelentes cazadores de emboscada.
En un tiempo, se creía que los gatos eran más tontos que los perros debido a su cerebro más pequeño. Sin embargo, años después, los científicos demostraron que los gatos domésticos tienen casi el doble de neuronas, razón por la cual sus cerebros son más activos. Además, los gatos tienen mejor memoria a corto plazo.
La inteligencia felina no se ha estudiado tanto como la canina. Esto se debe a que los perros son animales más sociales, lo que los hace más interesantes desde una perspectiva práctica.
¿De qué son capaces los perros?

Algunos científicos creen que la inteligencia de un perro es equivalente a la de un niño de dos años.
Los perros tienen habilidades de comunicación más desarrolladas. Los ancestros de los perros domésticos cazaban en manadas, lo que significa que debían interactuar y negociar entre ellos, asignando roles adecuadamente. A las personas les resulta más fácil comprender a los perros porque son más similares intelectualmente a nosotros que los gatos.
Los perros realizan tareas más rápido y mejor que los gatos en entornos experimentales. Por eso, los científicos creyeron durante mucho tiempo que eran más inteligentes. Posteriormente, se descubrió que los gatos, debidamente motivados, se desempeñan igual de bien en las tareas que sus competidores.
¿Quién es más inteligente?
No hay una única respuesta a esta pregunta. Al utilizar el concepto estándar de inteligencia, no debemos olvidar las características únicas de cada especie. La diferencia en las capacidades cognitivas entre gatos y perros no significa que uno sea más tonto, sino que son diferentes.
Los gatos y los perros son animales inteligentes. Poseen una intuición fuerte, se adaptan bien a su entorno y analizan y utilizan la información que reciben, pero lo hacen a su manera.




