El brillo de los ojos de los gatos suele despertar emociones intensas en sus dueños. Algunos experimentan tanto admiración por el brillo verdoso de su mirada como temor ante la repentina aparición de luces en el rincón más alejado de la habitación. Al preguntarse por qué los ojos de los gatos brillan en la oscuridad, la gente recurre tanto al conocimiento científico como a experiencias místicas en busca de una respuesta.
Explicación científica
Los gatos tienen visión estereoscópica, lo que les permite calcular la distancia a un objeto. Alrededor del 60 % son capaces de realizar movimientos oculares que provocan la convergencia y divergencia de sus ejes visuales. Los gatos tienen un campo visual de 200°, en comparación con los 180° de los humanos.
Los gatos son animales adaptados a un estilo de vida nocturno. En estas condiciones, sus órganos visuales deben ser capaces de detectar incluso la luz más tenue. Pero los depredadores nocturnos también pueden potenciar esta luz gracias a una capa reflectante especial. Esta se encuentra debajo de las células fotosensibles translúcidas y refleja la luz que las atraviesa.
La mácula lútea (mancha macular) de la retina del gato carece de fóvea central, sino que posee un disco que contiene los conos. Hay 25 veces más bastones en la retina que conos, por lo que la capacidad de ver con poca luz (responsabilidad de los bastones) es una prioridad para los gatos. Esto explica por qué los gatos son depredadores nocturnos.
El color del brillo depende de la pigmentación del iris y de las características individuales. Por lo general, los ojos varían de amarillo a verde. Sin embargo, los ojos azules suelen tener un tono rojo carmesí.
Misticismo

Los checos consideran que un gato que se cruza en el camino de alguien de derecha a izquierda es un presagio de buena suerte.
Los gatos eran percibidos como criaturas capaces de interactuar no sólo con nuestro mundo humano, sino también con el mundo espiritual. Cuando un gato se asomaba desde la oscuridad, se creía que la luz en sus ojos era un reflejo de otro mundo. Por lo tanto, se aconsejaba no mirarlo directamente a los ojos: no valía la pena mirar tan lejos.
En la Rus, un gato doméstico era caro y podía ser un regalo valioso, ya que garantizaba la protección de la cosecha contra los roedores. También era un símbolo de paz y prosperidad en el hogar, protegiéndolo de los malos espíritus. Se creía que los gatos tenían la capacidad de penetrar en el más allá y comunicarse con los espíritus.
Una explicación más aterradora era el estrecho contacto de los gatos con los espíritus, que podían viajar en cuerpos de gatos y, en la oscuridad, mirar y espiar a la gente.
Sea cual sea la explicación convincente del brillo en los ojos de nuestras queridas mascotas, una cosa es segura: a los gatos no les gusta la luz intensa. Ni siquiera la del flash de una cámara.




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