Probablemente escuchaste a tus padres decirte de niño que no le tiraras la cola a un gato, y luego empezaste a repetirles lo mismo a tus hijos, diciendo que jugar con una mascota así es incómodo y doloroso. Resulta que esa no es la única razón por la que no deberías tirarle la cola a un gato.
Hay terminaciones nerviosas en la cola.
Cualquiera que haya tenido una mascota peluda sabe que a los gatos no les gusta que les toquen la cola. No solo les desagrada que los jalen o los agarren, sino que también les desagrada cualquier roce, incluso el más leve, en esta parte del cuerpo. Esto se debe a que la cola de los gatos contiene terminaciones nerviosas que reaccionan a su entorno. Incluso una lesión leve en esta parte del cuerpo puede causar dolor intenso, así que evita tirar de ella. Si quieres acariciar a tu gatito, evita esta zona; el gato tirará de ella incluso si la tocas accidentalmente.
La cola es una continuación de la columna vertebral del animal.
Otra razón para evitar sujetar la cola de un gato es que es una extensión de su columna vertebral. Contiene vértebras, articulaciones y cartílagos, lo que le da gran flexibilidad. Si la cola está dañada, el gato no podrá caminar con normalidad, ya que su integridad está directamente relacionada con su sistema musculoesquelético. Por eso no se corta la cola a los gatos.
También se dice que si le jalas la cola a un gato, dejará de usar la caja de arena y empezará a hacer sus necesidades en otro lugar. Esto no es un mito; es cierto. Dañar la cola puede afectar el sistema genitourinario de la mascota, provocando incontinencia urinaria, problemas de vejiga o incluso parálisis de las patas traseras.
La cola de un gato se lastima y se rompe con facilidad.
Aunque los gatos protegen mucho sus colas y no las esconden en ningún sitio, pueden lesionarse. Es bastante fácil romperlas, ya que están compuestas de cartílagos, vértebras y articulaciones flexibles. Sin embargo, la recuperación puede tardar mucho tiempo y, a veces, puede no sanar del todo. Por lo tanto, si tienes niños pequeños y un gato, enséñale a tu hijo desde que nace a ser cuidadoso con su amigo peludo, especialmente con su cola, y a no permitir que la tire.
La cola de un gato no es solo un adorno; es un órgano vital, sin el cual el animal simplemente no sobreviviría. Cumple funciones como mantener el equilibrio, comunicarse con otras mascotas y regular el estado de ánimo. La cola también ayuda a los gatos a mantenerse calientes, ya que cuando hace frío, pueden usarla para cubrirse la nariz congelada. Por lo tanto, no debes jalar a tu gato de este órgano, incluso si se ha portado mal.




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