Los gatos están dotados naturalmente de garras. Son esenciales para la locomoción y la caza, y forman parte integral de su cuerpo. No se recomienda recortarles las garras. Sin embargo, a veces es necesario debido a ciertas circunstancias.
¿Por qué es peligrosa la ausencia de garras para un animal?
Algunos dueños de mascotas no están contentos con la frecuente caída de garras de sus mascotas. Deciden recortarlas o incluso quitárselas. En algunos países, este procedimiento está prohibido por ley. Sin embargo, en Rusia se realiza y se denomina "patas blandas". Si un gato se somete a un procedimiento que también elimina las falanges terminales de los dedos, donde se encuentran las garras, pueden surgir complicaciones. El gato sufrirá durante mucho tiempo y experimentará molestias el resto de su vida.
Después de la amputación pueden producirse consecuencias negativas:
- Inflamación de los tejidos.
- Si la falange se extirpa incorrectamente, toda la uña crecerá hacia adentro. En este caso, será necesaria una nueva cirugía.
- Gran pérdida de sangre durante la cirugía.
- Tiempo de curación prolongado. Durante este tiempo, es importante vigilar al gato para asegurarse de que no se lesione dañando las suturas.
- Reacción negativa a la anestesia.
- Dolor intenso en las patas. Puede desarrollar artritis posteriormente.
- La coordinación está deteriorada. El gato tendrá que reaprender a moverse y acostumbrarse a estar privado de un elemento vital de apoyo.
No es recomendable cortarle las uñas a un gato a menos que exista una razón médica. Si tu gato pasa mucho tiempo al aire libre, no es necesario. Las uñas de los gatos se acortan de forma natural. Se desgastan al trepar vallas, árboles y otros objetos. Si tu gato tiene una uña dañada, como una punta rota, debes cortarla con cuidado para evitar que se inflame o se parta.
Los dueños de mascotas deben comprender que cortarles las uñas no es un procedimiento saludable. Puede tener consecuencias negativas:
- Lesión por un salto fallido sobre el alféizar de una ventana o un armario. El animal intentará aferrarse a la superficie con sus garras por costumbre, pero puede caerse desde la altura.
- En caso de peligro, el gato no podrá trepar a un árbol o a una valla.
Otra razón para evitar cortarle las garras a un gato es el miedo del dueño a dañar los muebles tapizados. Esto no traerá ningún beneficio, ya que el animal volverá a afilarse las garras instintivamente.
¿Es posible cortar las garras de los gatos que viven en interiores?
A los gatos que viven en apartamentos, generalmente se les cortan las uñas. No trepan a los árboles ni a los áticos, ni se pasan el día y la noche correteando por la calle.
Por lo tanto, los gatos que viven en apartamentos pueden tener problemas con sus garras:
- Crecen mucho y dificultan la marcha.
- Se aferran a los muebles.
Estos arañazos se pueden recortar, pero con cuidado. Solo se debe recortar la punta, ya que las garras contienen vasos sanguíneos. Se puede consultar a un veterinario para el recorte. Para evitar este procedimiento, los dueños deben asegurarse de que la mascota tenga un rascador. Es probable que la mascota no tenga dónde afilarse las garras o que el lugar no sea el adecuado.
Si un gato araña a sus dueños, es una señal de advertencia de disgusto. Quizás se deba a que los niños suelen abrazarlo. Pero a veces es necesario recortarle las garras. Crecen excesivamente en gatos que se tumban constantemente debido a la edad o una enfermedad. Esto también puede ocurrir porque estas mascotas peludas siempre están dentro de casa. Sus garras pueden crecer y engancharse en muebles tapizados y alfombras. El gato empieza a morder y raspar las escamas muertas, dejando al descubierto nuevos arañazos.
El corte de uñas solo se aconseja cuando nace un cachorro que no puede controlar sus interacciones con el animal, o por razones médicas. Las uñas se pueden cortar y limar cuidadosamente.




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