Hace una semana, tuve que irme de viaje de negocios a Vorónezh. Mientras preparaba el equipaje, mis amigos competían conmigo por conocer al perro canguro, protagonista de innumerables vídeos y memes. No estaba del todo seguro de que nos encontráramos, pero prometí estar atento.
Al llegar a Vorónezh, me puse manos a la obra de inmediato y, por supuesto, no pensé en el perro. Tras todas las reuniones y negociaciones importantes, decidí pasear por la ciudad, admirar los lugares de interés y comprar algunos recuerdos para mis amigos.
Y de repente vi una perra sospechosamente familiar delante de mí. Caminaba a gatas, como siempre, pero su aspecto me recordaba mucho a un canguro. Decidí esperar a que su dueña cruzara la calle y ver qué pasaba.
Unos minutos después, el dueño del perro se giró hacia el paso de peatones, y me quedé paralizado de la expectación, pero el perro se quedó quieto a cuatro patas. Pensando que no era ella, estuve a punto de pasar, pero en cuanto el semáforo se puso en verde, el animal empezó a aullar y a tirar de la correa. Luego se irguió sobre sus patas traseras y cruzó el paso de peatones a saltos. El dueño no dio ninguna orden, simplemente siguió caminando y sonrió dulcemente a la gente que estaba a su alrededor, quienes, por supuesto, notaron y reconocieron al popular perro canguro.
Me encontré con la chica y le pregunté si podía tomarme una foto con su increíble mascota. Nos pusimos a conversar, y la chica me dijo que Fidel adora a la gente, es juguetón y cariñoso. Su dueña, Tatyana Maltseva, no sabe por qué se comporta así en el cruce de peatones; al parecer, simplemente le gusta cruzar la calle de esa manera.
Tatyana me contó la triste historia de Fidel. Originalmente, había planeado tener un pastor alemán y casi llegó a un acuerdo con una perrera: le ofrecieron un cachorro con vacunas y pasaporte. Pero un par de días después, vio un anuncio en línea de un cachorro: era una mezcla de husky y akita. El precio era de 7000 rublos. El 1 de enero, Tanya fue a recogerlo. Aunque no había foto del cachorro en el anuncio, estaba segura de que era el que quería.
La mujer sacó un bulto húmedo y chillón de una mochila sucia y dijo que se sentía un poco mal. Tatyana llevó al pequeño a la clínica, donde los médicos le dijeron que el cachorro tenía un 50% de posibilidades de sobrevivir. Durante dos semanas, Tanya luchó desesperadamente por la vida de Fidel: le inyectaron vitaminas, le eliminaron parásitos y le trataron el raquitismo. El cachorro se fortaleció y comenzó a recuperarse, pero a los cinco meses tuvo que ser operado. Después, su dueña permaneció a su lado, salvándolo del borde de la muerte. Ahora está perfectamente sano, alerta, alegre y muy sociable.
Cuando le pregunté por el nombre del perro, Tanya me contó que a todos en su familia les fascina Cuba, y que su abuela incluso visitó el país en la época soviética. Así que elegir un nombre para el cachorro fue pan comido desde el principio.



