Mucha gente está acostumbrada a acariciar a los perros en la cabeza o rascarles la barriga. Pero ¿lo disfrutan tanto como nosotros?
No tiene sentido darle palmaditas.
Las palmaditas pueden causar una intensa aversión. A menudo, las palmaditas pueden ser un punto delicado para los animales, especialmente las que se dan en la cabeza. Los perros, al igual que las personas, disfrutan de las caricias suaves. Además, las palmaditas pueden ser percibidas por los perros como una forma de castigo.
Mucha gente usa palmaditas de aprobación en la cabeza durante el entrenamiento. Dicen: "Sigue así, amigo, lo estás haciendo genial". Pero la mascota lo percibe como un castigo y deja de obedecer las órdenes. El dueño está confundido y no entiende qué sucede. Al fin y al cabo, hay una recompensa, pero no hay resultados.
No te toques la cabeza
Acariciar la cabeza de un perro puede asustarlo si no confía en ti. Una mano extendida hacia su cabeza puede percibirse como una amenaza. Esto suele ocurrir cuando un animal es adoptado de un refugio o de la calle.
Por otro lado, en el lenguaje canino, una pata sobre la cabeza significa dominio. Un gesto similar se utiliza, por ejemplo, en una manada de lobos.
Esto puede causarle malestar psicológico al animal cuando empiezas a acariciarle la cabeza o incluso a palmearlo. En este caso, el animal no comprende por qué ni cómo el dueño le demuestra dominio.
Nunca acaricies la cabeza de un perro callejero. Tu mascota tolerará ese gesto, pero un perro callejero podría morderte.
No te rasques la barriga
La barriga es la parte más sensible y vulnerable del cuerpo de un perro. Si te la muestra, es principalmente una señal de confianza, no una invitación a rascarla.
En una manada canina, el gesto de tumbarse boca arriba con las patas levantadas significa saludo y confianza. El dueño suele conmoverse con esto. Sin embargo, no sugerimos que las caricias en la panza dejen de hacerse a partir de ahora.
A lo largo de milenios, nuestros amigos de cuatro patas han aprendido a comprender lo que los humanos quieren y les da placer. Y no interfieren.
No abraces
Los humanos expresamos amor con cualquier abrazo. Pero, por desgracia, con los perros, la historia es completamente distinta.
Cuando una mascota pone su pata en el lomo de otro perro, demuestra dominio. Por lo tanto, al abrazar a una persona, el perro se sentirá ansioso. Y te convertirás en una amenaza para él, porque lo estás dominando y reprimiendo.
Los abrazos son la razón más común por la que un perro puede morderte. Hay excepciones, como los animales acostumbrados a que los abracen. Pero esto no aplica a los perros callejeros.



