Hace apenas dos décadas, la diabetes se consideraba una enfermedad humana. Sin embargo, afecta cada vez más a gatos domésticos mayores de cinco años. Además, los gatos machos la padecen con más frecuencia que las hembras. Esto se debe a la mala alimentación y a un estilo de vida sedentario. Esto provoca sobrepeso e innumerables visitas al veterinario. Ciertos síntomas pueden indicar la enfermedad.
Sed constante
Cuando un gato pierde mucho líquido, empieza a sentir la necesidad de reponerlo. Empieza a beber mucho. Sin embargo, esto puede no siempre notarse a tiempo si la dieta de la mascota consiste principalmente en alimento húmedo.
Esto ocurre porque el azúcar se excreta en la orina, lo que comienza a absorber agua de la sangre. Como resultado, el volumen de orina aumenta y la mascota comienza a orinar con frecuencia.
El gato come mucho
Otro síntoma es la pérdida de peso y el aumento del apetito en tu peludo amigo. Esto se debe a que los gatos diabéticos no obtienen suficiente energía debido a la falta de insulina que les impide procesar la glucosa.
El cuerpo experimenta lo que se conoce como inanición, que se resuelve consumiendo todas las reservas corporales de grasa y proteína. Como resultado, la mascota demanda cada vez más alimento para reponer su energía.
La mascota está perdiendo peso ante nuestros ojos.
Si no se trata, un gato diabético comenzará a perder peso rápidamente, a pesar de tener un apetito excelente, y se volverá apático. Esto ocurre porque el cuerpo del animal deja de recibir la energía necesaria debido a una alteración en el metabolismo de la glucosa y comienza a utilizar sus propias reservas de grasa.
La concentración de ácidos grasos libres en la sangre aumenta y puede desarrollarse una enfermedad del hígado graso. En algunos casos, el gato puede quedar completamente demacrado.
Los signos tardíos de la diabetes incluyen:
- diarrea;
- vomitar;
- respiración rápida;
- debilidad severa;
- resultado fatal.
Las patas traseras del gato se están debilitando.
El diez por ciento de los gatos con diabetes desarrollan "neuropatía diabética", que se manifiesta como debilidad en las patas traseras:
- el animal no puede saltar normalmente;
- Al caminar, el gato intenta transferir su peso al corvejón en lugar de a la pata. Esto produce un andar arrastrado.
También debe tener cuidado si su mascota duerme constantemente, no juega ni interactúa con sus dueños. Los diabéticos experimentan falta de energía y, en consecuencia, se sienten constantemente mal.
La mala salud y la ansiedad constante pueden deteriorar el comportamiento del animal. Puede volverse agresivo y defecar en lugares inapropiados.
Si se detectan todos los síntomas anteriores, los propietarios deben contactar con un veterinario para prescribir un tratamiento oportuno.
Un diagnóstico de diabetes es un golpe devastador para el dueño de una mascota. Pero con un tratamiento oportuno, puede brindarle un buen cuidado y darle algunos años más de vida.



