Los amantes de los gatos conocen el poder que sus peludos compañeros ejercen sobre ellos, obligándolos a menudo a cumplir sus exigencias y caprichos. Estos adorables chantajistas incluso han "ideado" diversas maneras de controlarnos.
Los gatos maúllan con una entonación especial
En la naturaleza, los felinos adultos no maúllan. Este sonido solo lo utilizan los gatitos para atraer la atención de su madre. Sin embargo, los gatos domésticos se han dado cuenta de que el maullido puede usarse para controlar a sus dueños y lograr sus objetivos. Han comenzado a dar a sus llamadas diferentes entonaciones y a variar el rango de sus sonidos. Además, sus maullidos a menudo se asemejan a los sonidos de los bebés preverbales. Los humanos responden instintivamente a la llamada, listos para dejar sus recados y cumplir los deseos de su peludo compañero.
Los gatos son capaces de dar a sus maullidos una entonación lastimera, lo que provoca que su dueño inmediatamente los acaricie, los levante y les muestre compasión.
A veces su "maullido" suena como un reproche y hace que la persona se sienta culpable por no prestarles atención.
A veces el maullido puede ser exigente y persistente: el gato está haciendo valer sus derechos legales, que, en su opinión, no se están respetando.
No todos los gatos pueden manipular la entonación con tanta destreza, solo aquellos que viven con una persona. Si una mascota vive en una familia con varias personas, suele expresar sus necesidades con un maullido fuerte y obstinado.
Los gatos muestran quejas
Una mascota puede ofenderse por muchas cosas, desde la falta de atención hasta el castigo por mal comportamiento. Sin embargo, es importante recordar que apelar a la conciencia de un gato será infructuoso. Los científicos han descubierto que los gatos no sienten culpa. Sin embargo, son expertos en expresar su resentimiento.
¿Cómo demuestra una mascota que está ofendida?
- Ignora. Esta es la técnica más común del pequeño manipulador. Si el gato está molesto con un miembro de la familia, mostrará afecto a todos menos al agresor. El gato empezará a acurrucarse y sentarse en el regazo de otros miembros de la familia, haciéndolo a plena vista del agresor. Y el agresor parece dejar de existir para él.
- La apariencia del gato denota mal humor. En presencia de su dueño, adopta un aspecto sombrío y apático, baja la cola y la aprieta contra las patas, y camina con la cabeza gacha.
- Se esconde debajo del sofá o en un lugar difícil de alcanzar. Es su forma de dejar claro que le asusta el comportamiento agresivo. Puede permanecer escondida mucho tiempo hasta que la persona empieza a sentir remordimientos.
- Se aleja ostentosamente de la golosina ofrecida. Le costará un poco pedir perdón. Y solo después de persuadirlo un poco, el gato se dignará a aceptar la golosina de su mano.
El resentimiento también puede manifestarse en daño deliberado. Podrías regresar del trabajo y encontrarte con el papel pintado descascarado y una planta de interior comida.
Usando el "lenguaje corporal"
Se sabe que los gatos son animales independientes y amantes de la libertad. Pero también necesitan atención. Usan el lenguaje corporal para obtener afecto.
Muchos han notado que los gatos se frotan la cabeza y el cuerpo contra tus piernas y enroscan sus colas alrededor de tus tobillos. Luego se levantan sobre sus patas traseras, se dan la vuelta y se frotan el otro lado. Esto marca las patas de su mascota, indicando su afecto. Además, cuando se acurrucan, todo su lenguaje corporal dice: "¡Vamos, acaríciame, acaríciame!". Puede ser imposible resistirse a tal muestra de amor y devoción. Y suelen recibir afecto a cambio. Se les alza, se les acaricia y se les habla con cariño.
Los gatos logran el mismo objetivo enterrando su hocico en el hombro o la mano de su dueño y ofreciendo su cabeza para que la acaricien.
El gato hace caca fuera de la caja de arena para llamar tu atención.
Cuando un dueño no le presta suficiente atención a su peludo compañero, el gato se aburre, se pone ansioso e insatisfecho. Para llamar la atención, puede recurrir a medidas extremas. Por ejemplo, puede defecar fuera del arenero con frecuencia. Si esto no es una reacción a la ofensa, su comportamiento se puede explicar de la siguiente manera: en respuesta al mal comportamiento, el dueño expresa su desagrado, grita y, a veces, castiga a la mascota. El gato puede percibir esto como atención, aunque sea negativa. La próxima vez, para llamar la atención del dueño, el gato hará lo mismo.
Para corregir la situación, es necesario acariciar a tu mascota con más frecuencia y jugar con él.
Los chantajistas peludos tienen muchos otros métodos a su disposición para influir en la gente. A veces, los dueños se dan cuenta de que su mascota los está manipulando. A veces, lo hacen con tanta habilidad que la persona no tiene ni idea de que está bajo el control del gato. Pero en cualquier caso, alegran nuestras vidas, aportando variedad y alegría; mucho es perdonable.




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