Muchas enfermedades caninas son tratables, pero algunas son irreversibles. Una de ellas es el síndrome de disfunción cognitiva o demencia. Este síndrome es similar al Alzheimer en humanos. En otras palabras, se trata de demencia senil. No se desarrolla de inmediato, pero un dueño atento debería detectar los primeros síntomas.
Desorientación
El perro se pierde literalmente. Deambula por la casa y otros lugares familiares. No puede moverse alrededor de una silla, se queda atascado detrás del sofá, pasa mucho tiempo buscando la salida de la habitación o mira fijamente la pared con impotencia. Acciones simples como acostarse en su cama o encontrar su plato se vuelven difíciles. El perro puede repetir lo mismo varias veces. No recuerda que acaba de comer y pide más comida, o incluso se olvida de comer por completo. El animal está inquieto, intranquilo, deambula sin rumbo, gime y ladra sin provocación.
Cambios en los patrones de sueño y vigilia
Un perro con síndrome de disfunción cognitiva suele confundirse con la hora del día. Puede dormir todo el día y estar despierto toda la noche. El sueño puede ser inquieto e interrumpido, lo que provoca insomnio o, por el contrario, sueño constante. Un aumento en el tiempo de descanso es común en perros mayores, pero es mejor no ignorarlo. Este síntoma no necesariamente indica demencia; también puede indicar otras afecciones. Si este comportamiento es inusual, consulte a un veterinario.
Comunicación
El perro pierde sus habilidades sociales, se muestra reacio a interactuar y puede desconfiar de las personas, olvidando que las conoce. Intenta evitar el contacto. En algunos casos, se irrita y reacciona agresivamente, ladrando o incluso mordiendo. Surgen problemas de comunicación tanto con personas como con otros animales, incluyendo aquellos que conviven en el mismo hogar. El amigo de cuatro patas deja de responder a su nombre, no responde a la voz de su dueño y no saluda a los familiares en la puerta. En algunos casos, prefiere estar solo.
El perro empezó a cagar en la casa.
Una mascota limpia estaba acostumbrada a hacer sus necesidades en casa y no defecaba, pero su comportamiento ha cambiado drásticamente. Es posible que simplemente se olvide de pedir permiso para salir o que ni siquiera se dé cuenta de que está haciendo sus necesidades. Algunos perros buscan deliberadamente un lugar adecuado para sus necesidades en la casa porque no recuerdan dónde deben ir. Antes de considerar esto un signo de demencia, se deben descartar infecciones y otras enfermedades con síntomas similares. Para ello, lleve a su mascota al veterinario.
Disminución de la actividad
El perro se vuelve pasivo y apático, no sigue las órdenes habituales y pierde interés en el mundo que lo rodea. Deja de disfrutar de los paseos, se niega a correr o jugar y no responde al cariño. Es incapaz de aprender cosas nuevas y su mirada parece vacía y ausente. Si antes era activo y alerta, la diferencia se notará de inmediato. Es posible que su mascota tenga una afección médica no relacionada con la demencia. En cualquier caso, es importante llevarlo al veterinario.
Un dueño atento y cariñoso notará signos del síndrome de disfunción cognitiva en su mascota. Desafortunadamente, esta afección es incurable, pero existen maneras de ralentizar su evolución y aliviar los síntomas. Un veterinario puede ayudar. No olvide mantener el cerebro de su perro sano jugando con él, sacándolo a pasear con regularidad, enseñándole cosas nuevas y proporcionándole una dieta equilibrada.



