7 animales que tienen sus propias villas, sirvientes y cuentas bancarias millonarias

No es raro que quienes han amasado una fortuna les dejen sus ahorros a sus mascotas. Este gesto demuestra un cariño genuino por ellas, dejando a todos perplejos.

Pastor alemán Gunther IV: 375 millones de dólares

El perro más rico del mundo heredó su fortuna no de su dueño, sino de su padre, el pastor alemán Günther III. En 1992, la condesa alemana Carlotta Liebenstein legó su fortuna a su querido perro y, en su testamento, estipuló que la herencia pasaría de padre a hijo en la familia Günther.

El perro millonario vive en Miami, en su propia mansión, que perteneció a la famosa cantante Madonna. También posee propiedades en Alemania, Italia y las Bahamas.

Günther IV cuenta con dos asistentes personales, un médico, un entrenador y personal de apoyo. Sus comidas son preparadas por chefs especialmente contratados.

El menú del perro se compone únicamente de los mejores ingredientes: caviar, filetes de ternera marmolados y su golosina favorita: trufas. Viaja en un BMW descapotable con chófer personal. También cuenta con su propia flota de vehículos y un sitio web personal.

Gigo el Pollo - 16 millones de dólares

Antes de vender su negocio y jubilarse, el magnate periodístico y escritor multimillonario inglés Miles Blackwell sorprendió enormemente al público. Él y su esposa no tuvieron hijos, y tras su muerte, llevó una vida solitaria.

Miles iba acompañado de un pollo llamado Gigo. La fortuna total del magnate ascendía a 85 millones de dólares. De esta cantidad, su pollo enano recibió 16 millones. Distribuyó el resto a obras de caridad. Sus numerosos parientes no recibieron ni un céntimo.

Chihuahua Conchita – $11.3 millones

Esta perra ostenta el título de la criatura más mimada del mundo. Su dueña, Gail Posner, hija de una prominente empresaria estadounidense, gastaba unos 8.000 dólares al mes en regalos, manicuras y cenas para Conchita.

En 2010, Gail dejó a su querida perra 11 millones de dólares, además de 25 millones para el personal que la cuida. El personal tiene derecho a vivir en la villa, que, según el testamento, pertenece a la perra.

Conchita, la chihuahua, vive una vida de lujo, disfrutando de tratamientos de spa diarios, luciendo ropa de diseñador a medida y collares de 10,000 dólares de marcas famosas. La millonaria le dejó a su hijo solo 890,000 dólares.

Chimpancé Kalu - 60 millones de dólares

Patricia O'Neill, condesa de nacimiento y millonaria extravagante, dejó una parte importante de su fortuna a su amado chimpancé. Lo salvó de la muerte: el pobre animal estaba atado a un árbol.

Patricia trajo un chimpancé del Congo. El simio vivía con ella y su esposo en la misma casa. El esposo de la condesa, el renombrado nadador y campeón olímpico Frank O'Neill, no le gustaba la mascota de su esposa. Así que, durante su ausencia mientras competía en los Juegos Olímpicos, Patricia reescribió su testamento.

La condesa legó la mayor parte de su fortuna al chimpancé Kalu. Dividió el resto entre sus perros y gatos, sin dejarle nada a su esposo. El simio heredó una fortuna millonaria y una lujosa finca en Sudáfrica, hogar de varios otros simios.

Trouble the lapdog - 12 millones de dólares

La multimillonaria estadounidense Leona Helmsley, dueña de un vasto imperio empresarial y de algunas de las propiedades inmobiliarias más prestigiosas de Nueva York, se hizo famosa por su tacañería. Legó la mayor parte de su fortuna a su querido perro, Trouble.

El testamento estipulaba específicamente que dos de sus cuatro nietos no recibirían nada. Pero los familiares de la mujer indignada no quedaron satisfechos y presentaron una demanda, argumentando que 12 millones de dólares eran demasiados para cuidar a un perro.

El tribunal ordenó que la maltesa se quedara con solo dos millones de dólares. Su manutención requería 100.000 dólares anuales, de los cuales 8.000 dólares se destinaban a cortes de pelo y 1.200 a comida.

La mayor parte de la herencia de la perra se destinó a su protección, ya que recibió numerosas amenazas de muerte y secuestro. Trouble, la perrita faldera, murió a los 12 años y fue enterrada solemnemente en el mausoleo familiar junto a su dueña.

Blackie the Cat - 25 millones de dólares

Esta mascota figura en el Libro Guinness de los Récords como el gato más rico del mundo. El anticuario y cineasta Ben Rea le legó sus millones. El millonario estaba locamente enamorado de los gatos y llegó a tener 15.

El gato Blackie fue el único que sobrevivió a su dueño. Según su testamento, parte de la fortuna de Ben se destinó a organizaciones benéficas que cuidarían del gato. Los familiares del millonario no recibieron ni un céntimo.

La gata Choupette - 200 millones de dólares

Karl Lagerfeld, director creativo de Chanel, fallecido en 2019, era un hombre solitario. El reconocido diseñador de moda legó su fortuna a su adorada gata. Adoraba a su mascota, que llegó a sus manos por casualidad cuando un amigo le pidió que la cuidara.

Tras acariciar al adorable animal, Karl no quiso separarse de él. Desde entonces, Choupette ha vivido una vida de lujo, con un menú exquisito y varias empleadas domésticas. También disfruta de jets privados, iPads con juegos especiales para gatos y sesiones de fotos publicitarias. Se ha escrito un libro entero sobre ella y se le han dedicado varias colecciones de ropa.

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