Piómetra en gatos

La piómetra es una forma de endometritis purulenta (un proceso inflamatorio e infeccioso en el útero) que se presenta en gatas de todas las edades, incluso en aquellas que nunca han parido. Se trata de una afección peligrosa que requiere intervención veterinaria inmediata; de lo contrario, puede tener graves consecuencias para la salud y la vida del animal. La piómetra es imposible en gatas esterilizadas, ya que la extirpación del útero y ambos ovarios reduce a cero el riesgo de desarrollar la afección.

Causas de la piómetra en los gatos

La patología se caracteriza por la acumulación de exudado purulento-mucoso en la cavidad uterina, lo que conduce a graves alteraciones en el funcionamiento del organismo.

Las causas de la piómetra incluyen:

  • desequilibrios hormonales;
  • entrada de microorganismos patógenos en el tracto genital;
  • uso constante de medicamentos para controlar el estro;
  • endometritis no tratada, cistitis y otras enfermedades inflamatorias del sistema genitourinario;
  • incumplimiento de las condiciones sanitarias durante el parto, falta de asistencia cualificada durante el parto, infección del canal del parto y de los órganos reproductores;
  • atonía del útero después del parto, como resultado de lo cual se acumulan en él líquidos y restos de tejido;
  • relaciones sexuales con gatos no examinados, apareamientos demasiado frecuentes;
  • infestaciones helmínticas graves que tienen un impacto negativo en los órganos reproductores;
  • inmunidad reducida, deficiencia de vitaminas, debilitamiento del organismo, dieta desequilibrada.
Piómetra en gatos

Como lo demuestra la práctica, cuando comienza la piómetra, la gata intenta encontrar un lugar apartado y esconderse allí de las miradas indiscretas.

Anteriormente, se creía que el grupo de riesgo para desarrollar piómetra incluía a los individuos maduros (mayores de 5 años) con al menos un embarazo previo, pero los veterinarios modernos opinan que la enfermedad puede desarrollarse en cualquier gata, independientemente de su edad y estilo de vida.

El uso incontrolado de medicamentos hormonales para la esterilización médica de animales conduce con especial frecuencia al desarrollo de patología. Contienen progesterona, que promueve el aumento de la producción de secreciones uterinas, que se acumulan en la cavidad del órgano y cuando las bacterias patógenas ingresan en ella, se desarrollan procesos de putrefacción.

A veces la piómetra se presenta en gatas preñadas; salvar a las crías en tales casos es imposible, por lo que todas las medidas están dirigidas a preservar la vida y la salud de las gatas adultas.

Síntomas

Los signos de la piómetra se pueden notar aproximadamente 2 a 4 semanas después del estro y, con mayor frecuencia, la enfermedad comienza de forma aguda, con síntomas pronunciados.

Las principales manifestaciones de la patología son las siguientes:

  • secreción del asa de color marrón o blanco turbio con una consistencia espesa y un olor desagradable (ocurre solo cuando el cuello uterino está abierto);
  • falta de apetito, acompañada de sed intensa, vómitos, diarrea;
  • micción frecuente;
  • agrandamiento del abdomen, del útero y de los genitales, que se puede notar durante el examen visual y la palpación;
  • deterioro del estado general de salud, fiebre, apatía o aumento de la agresividad.

A veces la enfermedad progresa tan rápidamente que el animal puede morir en cuestión de días: el volumen de exudado purulento puede alcanzar un litro en sólo 24 horas, lo que provoca la ruptura de las paredes uterinas debido al aumento de la presión y que el líquido llene la cavidad abdominal.

Gato enfermo

Es posible que el dueño de la mascota no preste atención a los síntomas y esto pueda provocar la muerte del gato.

Si el cuello uterino está cerrado, la enfermedad puede progresar de forma insidiosa. El gato puede mostrarse letárgico y apático, evitar el juego activo y perder el apetito, con el pelaje opaco y erizado. Puede lamerse el abdomen con frecuencia y durante largos periodos, y mostrarse muy inquieto al palparlo o incluso tocarlo. Si se presenta alguno de los síntomas mencionados, se debe llevar al animal a una clínica veterinaria de inmediato; de lo contrario, podría morir.

Diagnóstico

Para diagnosticar la piómetra, el médico realiza un examen visual y una palpación del abdomen, después de lo cual prescribe una ecografía y análisis de sangre. Una ecografía permite evaluar el tamaño y la extensión del daño uterino. A medida que progresa el proceso patológico, el órgano aumenta considerablemente de tamaño, sus paredes se engrosan, se acumula pus en la cavidad y aparecen quistes y neoplasias en la superficie. Los análisis de sangre revelan niveles elevados de leucocitos, urea y proteínas, así como una desviación hacia la izquierda del recuento de leucocitos.

Examen de un gato

El pronóstico generalmente es favorable si la condición de la mascota no es grave y el propietario consulta a un médico a tiempo.

Tratamiento

El tratamiento de la piómetra en gatas depende de la evolución clínica de la enfermedad y de la gravedad del daño orgánico. Con frecuencia, los médicos recomiendan la esterilización (extirpación completa del útero y los ovarios), pero si el proceso patológico se detecta en las primeras etapas, la terapia farmacológica puede ser una opción.

Tratamiento conservador

El objetivo del tratamiento conservador de la piómetra es limpiar la cavidad uterina de pus y bacterias patógenas, restaurar el funcionamiento del sistema reproductivo y aliviar la intoxicación general del cuerpo. El tratamiento principal para esta afección son los antibióticos (ceftriaxona, amoxicilina, brulamicina, etc.), que se administran con mayor frecuencia por vía intramuscular y subcutánea. Se utilizan medicamentos hormonales que bloquean los efectos de la progesterona en el útero, en combinación con la terapia antibacteriana, lo que ralentiza la progresión de la inflamación y la acumulación de pus en la cavidad uterina.

Para eliminar el exudado purulento, se utilizan medicamentos especiales que inducen las contracciones uterinas (oxitocina, prostaglandina), pero la dosis debe seleccionarse con cuidado; de lo contrario, es posible la ruptura de las paredes uterinas y la muerte prematura. Para mejorar la función inmunitaria, se prescriben inmunoestimulantes y terapia vitamínica.

El tratamiento conservador logra el resultado deseado solo en el 15% de los animales, pero la mitad de ellos experimenta recaídas. Alrededor del 7% pierde la capacidad de tener descendencia o quedar embarazada.

Pueden ocurrir recaídas durante el siguiente ciclo de celo, por lo que incluso con una terapia farmacológica efectiva, se recomienda a los propietarios que consideren esterilizar a sus mascotas.

La terapia tradicional para el desarrollo de la piómetra en los gatos es ineficaz y puede tener consecuencias graves para la salud. Los medicamentos antiinflamatorios, antibacterianos y regenerativos (infusiones y decocciones de manzanilla, caléndula y ortiga) sólo pueden utilizarse en combinación con medicamentos recetados por un médico, después de que se hayan aliviado los síntomas agudos de la enfermedad.

Cirugía y postoperatorio

La cirugía es el tratamiento más eficaz para la piómetra en gatos. La operación permite la supresión completa del proceso patológico, eliminando la amenaza a la vida del animal y la posibilidad de recaída de la enfermedad. Se administra anestesia general a la gata, tras lo cual el cirujano extirpa cuidadosamente los órganos reproductivos: el útero y los ovarios. La principal desventaja de esta cirugía es que, tras el tratamiento, la gata ya no podrá reproducirse.

Cirugía para la piómetra

La esterilización planificada y la esterilización de emergencia por razones médicas son dos cosas muy diferentes; en este último caso, el riesgo de complicaciones es mucho mayor.

Para prevenir complicaciones postoperatorias y acelerar el proceso de regeneración, una gata que se ha sometido a una histerectomía requiere un cuidado cuidadoso:

  • Inmediatamente después de la operación, el gato es colocado en una manta especial, que no se puede quitar, de lo contrario el animal podría dañar los puntos.
  • La zona quirúrgica se trata regularmente con peróxido de hidrógeno u otros antisépticos. Para prevenir complicaciones, se prescriben antibióticos al animal, que deben administrarse según las recomendaciones del médico.
  • Durante las primeras 24 horas después del tratamiento, el gato no debe ser alimentado, pero debe recibir suficiente agua.
  • En el período postoperatorio, el animal se alimenta con alimentos en puré o semilíquidos: patés especiales, papillas o caldos con puré de carne.

Es importante inspeccionar periódicamente el sitio quirúrgico y controlar el estado general de su mascota, e informar inmediatamente cualquier cambio patológico a su veterinario.

Gato después de la cirugía

Después de la operación, el gato necesita reposo absoluto.

Por lo general, la recuperación de una gata después de la extirpación del útero y los ovarios demora entre 10 y 14 días; gradualmente vuelve a un estilo de vida activo y queda un pequeño punto como recordatorio de la cirugía.

Posibles complicaciones

Las complicaciones están asociadas con la elección incorrecta de las tácticas de tratamiento y errores durante la intervención quirúrgica. La afección más peligrosa es la recurrencia de la infección, que puede ocurrir debido a acciones poco profesionales del médico, como la extirpación incompleta del útero o los ovarios, o la falta de higiene durante los procedimientos. Un cuidado postoperatorio inadecuado o deficiente puede provocar supuración e inflamación de las incisiones, lo que también requiere atención médica inmediata.

Un gato en tratamiento

Si por alguna razón se prescribe un medicamento hormonal a un gato, después de que la mascota se haya recuperado, se debe discutir la conveniencia de esterilizarlo con un veterinario.

Si el exudado purulento acumulado en el útero penetra en la cavidad abdominal, puede provocar abscesos y otras patologías peligrosas que pueden causar la muerte del animal. Además, el tratamiento conservador de la piómetra aumenta el riesgo de desarrollar tumores en los órganos reproductivos.

Prevención de enfermedades

La forma más eficaz de prevenir la piómetra es la esterilización rutinaria del animal, que se recomienda después de los 7-8 meses de edad. Si un gato tiene valor reproductivo, el propietario debe cumplir las siguientes reglas:

  • no abuse de los medicamentos para suprimir el estro (dichos medicamentos sólo pueden utilizarse según lo prescrito por un médico);
  • Los individuos no esterilizados deben someterse a exámenes preventivos regulares por parte de un veterinario, especialmente si tienen antecedentes de enfermedades genitourinarias;
  • No se recomienda asistir a exposiciones y otros eventos durante los períodos de celo;
  • Los animales sólo pueden aparearse con machos probados que tengan los certificados correspondientes de un veterinario.
Gato triste

Cualquier cambio en el comportamiento o condición del animal, especialmente un abdomen agrandado y secreción del tracto genital, requiere atención veterinaria inmediata.

Piómetra en gatos en vídeo

Reseñas del tratamiento de la piómetra

He tenido que lidiar con piómetra en una gata dos veces. En ambas ocasiones, fue una piómetra abierta, con pus supurando. La primera vez, fue una gata joven de dos años. La tratamos con medicamentos, antibióticos y oxitocina. Se curó. La gata dio a luz muchas veces después, amamantando a sus gatitos. Todos los embarazos transcurrieron sin incidentes. La segunda vez, fue una gata de 13 años. Le dimos una semana de antibióticos antes de la cirugía, luego la operación y luego otra semana de antibióticos. La gata se recuperó rapidísimo. Solo hubo una complicación: ¡estaba engordando ante nuestros ojos! Sí, era la misma gata. Antes estaba segura de que la piómetra se curaba, pero ahora creo que es mejor operar. La enfermedad volverá de todas formas. Mi gata incluso cambió su carácter; se volvió cariñosa y tranquila. Solía ​​ser una criatura muy enérgica. Al parecer, estaba enferma, por eso se enfadaba. Aunque todo parecía estar bien. Ella comió bien y su caja de arena estaba normal.

La piómetra no se puede tratar con medicamentos, solo con bisturí... aunque puedes retrasar la operación, como tratarla, pero hay un 99% de posibilidades de que no tenga gatitos después de la piómetra, y un 100% de que la piómetra se desarrolle más adelante, si no es demasiado pronto, entonces es demasiado tarde... y podría terminar en una ruptura uterina, y tienes que pensar tú misma en las consecuencias.

Mi gata tenía 15 años cuando le diagnosticaron piómetra. El veterinario me regañó por no esterilizarla a tiempo si no planeaba tener gatitos; la cirugía era la única opción ahora. Lo que más me preocupaba era la anestesia, pero tanto el veterinario como la enfermera me tranquilizaron y confié en ellos. Todo salió bien y vivió más de tres años antes de morir de cáncer en mis brazos.

Si tu gata es valiosa para la cría, ¡siempre debes tratarla! Pero si es una mascota, no te tortures ni atormentes a tu gata. Hay un 50% de probabilidades de sufrir una recaída después del primer celo... Nosotros también la tratamos; también tuvimos un embarazo falso y piómetra. La curamos y dio a luz a tres camadas, ¡todo bien! La tratamos con ceftriaxona y gentamicina (ambos antibióticos se inyectaron a la vez), No-shpa, Ovariovit y Gamavit. Le hicimos una ecografía un mes después (no tiene sentido hacerla tan a menudo, ya que la hinchazón puede persistir incluso sin pus). Puedes repetir el procedimiento en dos semanas.

Desafortunadamente, ¡la piómetra siempre regresa! Esto puede ocurrir antes o inmediatamente después del siguiente apareamiento, o incluso podría tener tiempo de parir varias veces más. Es cuestión de suerte. Lo lógico es tratar una piómetra recurrente y luego dejar que la camada continúe hasta la siguiente. Y luego, ya está, la paciente se retira. Por mi experiencia, he llegado a la conclusión de que ciertas líneas de sangre (una predisposición genética) conllevan una predisposición a la piómetra, y no es buena idea criar cachorros de madres que la han padecido.

La piómetra es una afección peligrosa que puede provocar graves complicaciones de salud o incluso la muerte prematura. La mejor manera de proteger a su gata de la enfermedad purulenta uterina es esterilizarla periódicamente por un veterinario experimentado. Este procedimiento presenta muchas menos complicaciones que el tratamiento de la piómetra y le brinda a su mascota todas las posibilidades de una vida larga y activa.

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