5 cosas que puedes hacer que podrían lastimar a tu perro

Un perro, como sabemos, es el mejor amigo del hombre. Y no es de buena educación hacerle daño a los amigos. Comprender la psicología canina y el deseo de comprender las razones del comportamiento de tu mascota te ayudará a evitar errores al interactuar con tu amigo de cuatro patas.

No juegues, no camines, déjalo solo

Una de las necesidades básicas de un perro es la interacción humana, ya sea jugando, paseando o viendo la televisión juntos. La falta de atención de su dueño puede ser estresante para una mascota. La angustia de un perro puede manifestarse en:

  • manifestaciones de resentimiento (negativa a comunicarse, a veces comida);
  • mal comportamiento (generalmente dañando objetos del hogar): así es como el animal se entretiene cuando está solo y le hace saber al dueño que necesita atención;
  • depresión (casos avanzados).

Los siguientes consejos ayudarán a prevenir tal desarrollo de eventos:

  1. Es importante establecer una rutina diaria clara tanto para el perro como para el cuidador. Esto ayudará al animal a saber cuándo su dueño sale y regresa, facilitando la espera.
  2. Cuando los mayores no están, el perro debe poder entretenerse y tener acceso a juguetes. Estos deben seleccionarse según sus intereses. Mediante el juego cooperativo, se le debe enseñar a jugar con ellos.
  3. Mientras esté en casa, es importante reservar tiempo para interactuar con su perro. Esto puede incluir juegos activos, entrenamiento, paseos y actividades que le acomoden.

Meter la nariz en un charco

Hacer charcos y desordenar es una razón legítima para estar insatisfecho con un perro. Sin embargo, señalar sus "malas acciones" es uno de los mayores errores de los dueños. Tal proceder puede generar no solo resentimiento en el perro, sino también un miedo genuino al dueño.

Primero, es importante comprender los motivos detrás de este comportamiento. Los más comunes incluyen:

  • Edad temprana. Las características fisiológicas de los cachorros les impiden retener grandes cantidades de orina, y los paseos que realizan al aire libre son insuficientes para vaciar sus vejigas a tiempo.
  • Enfermedad. Los perros también se enferman, y orinar con frecuencia es un signo de mala salud.
  • Alegría. La micción involuntaria puede ocurrir en momentos de intensa alegría, como al conocer al dueño.
  • Promiscuidad banal. Este comportamiento es resultado de una crianza inadecuada, y el dueño debería, ante todo, plantearse estas preguntas.

Los dueños de perros con experiencia identifican numerosas causas de este tipo. Una vez identificadas, solo queda eliminar los factores negativos y esperar los resultados.

Cambiar las reglas sobre la marcha

Los perros, al igual que los niños, se desarrollan mejor dentro de límites definidos, con reglas claras y comprensibles. Así, saben qué no deben hacer para evitar ser juzgados por sus mayores y se sienten más seguros y tranquilos. Si las reglas no están definidas ni se aplican, la vida de un perro se vuelve confusa y estresante. Al establecer reglas, recuerde:

  • El perro no entiende de excepciones a las reglas, por lo tanto: si no se le permite subirse al sofá después de un paseo por charcos sucios, tampoco se le permite después del baño;
  • una simple palabra “no” no es suficiente; es necesario ofrecer un comportamiento alternativo y recompensarlo con una golosina y comentarios positivos;
  • Al explicar las reglas de conducta y apoyar el deseo de la mascota de seguirlas, el dueño fortalece la relación de confianza con su perro.

Castigar por sonreír

Que un perro le muestre los dientes a su dueño o a miembros de la familia es motivo de grave preocupación. En el mundo animal, esto es una demostración de agresión o miedo. Comprender la causa subyacente de estas emociones es una tarea que debe abordarse de inmediato. Analizar la situación ayudará a corregir las relaciones dentro de la manada y el comportamiento futuro del perro.

  1. Violación de las normas. Se animó al perro a realizar esta conducta durante el juego.
  2. Estilo de entrenamiento canino agresivo, violencia frecuente y castigo.
  3. Agresión defensiva. Mostrar los dientes expresa el miedo del perro a su dueño o a su comportamiento. El dueño puede asustar involuntariamente a la mascota con gestos excesivamente agresivos o apariciones repentinas. El animal entonces "grita", mostrando los dientes.

No se recomienda castigar a un perro por mostrar los dientes. Esto puede infundirle aún más miedo y destruir la confianza que aún le queda. Tras examinar las causas de este comportamiento, es recomendable consultar con un adiestrador canino profesional. Modificar el comportamiento es posible en cualquier circunstancia, pero requiere tiempo, esfuerzo y paciencia.

Aléjate de la "manada"

Castigar a un perro separándolo de la manada y expulsándolo del territorio es absolutamente inaceptable. Este comportamiento hostil socava la confianza y la comprensión mutua, y restablecerlas por completo será difícil. Las graves consecuencias se deben a las siguientes razones:

  • un perro es un animal de “manada”, dispuesto a soportar muchas dificultades e incluso al autosacrificio por el bien de la manada y su líder (estos son los instintos básicos inherentes a la naturaleza);
  • En el mundo canino, la expulsión de la manada se asocia a una feroz rivalidad y competencia, que no deberían existir en la familia humana entre personas y animales.

Incluso la expulsión temporal del territorio será percibida por el perro como un insulto severo e incomprensible.

Los perros son muy inteligentes. Hay muchas maneras de enseñarles que se equivocan. Mediante métodos de entrenamiento no agresivos ni irrespetuosos, un dueño cariñoso se ganará la confianza total de su mascota y un deseo sincero de cumplir con las expectativas de su amigo de dos patas.

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