Las razones más comunes por las que los dueños de perros visitan al veterinario son problemas digestivos, problemas de salud bucal y alergias. Las enfermedades crónicas también pueden ser la causa, pero la causa suele ser mucho más simple: mala nutrición. Aquí tienes tres señales clave de que le estás dando a tu perro alimentos inadecuados o de baja calidad.
Problemas dentales en los perros
Una dieta inadecuada puede provocar la acumulación de sarro en las mascotas, especialmente en perros pequeños y medianos. Alimentar a los perros con comida finamente molida, papilla, requesón y restos de comida puede provocar la obstrucción de los dientes. Las bacterias se alimentan de las partículas de comida atrapadas entre los dientes, formando placa que, con el tiempo, se endurece y se convierte en sarro. Para evitarlo, siga estos pasos:
- Alimente a su perro en porciones dos veces al día;
- Ofrécele huesos purificadores después de las comidas;
- pasar más tiempo al aire libre;
- Compre alimentos adecuados para la raza de su mascota.
El dueño de un perro debe comprender que el estado de los dientes y las encías afecta el procesamiento inicial de los alimentos. Un perro con mala dentadura no puede morder trozos pequeños de carne. Intenta agarrar la mayor cantidad posible y tragarla de golpe. Esto ralentiza el proceso de digestión en el estómago y provoca problemas digestivos.
Las enfermedades dentales y de las encías en los perros se pueden detectar mediante los siguientes signos:
- mal aliento;
- hinchazón en la zona de la mejilla o la mandíbula inferior;
- agrandamiento de los ganglios linfáticos submandibulares;
- secreción sanguinolenta o purulenta de la boca;
- dificultad para comer.
La placa también puede desencadenar enfermedades más graves. Las bacterias dañinas que viven en la boca se propagan por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo. Pueden asentarse en cualquier órgano, causando problemas en los riñones, el hígado y el corazón. Y es difícil imaginar que la causa principal sea la mala alimentación de tu perro.
El perro defeca profusamente y con frecuencia.
Un dueño responsable de perro debe vigilar las heces de su mascota. Estos desechos reflejan lo que ocurre en el tracto gastrointestinal. Las heces de un perro deben ser firmes, formadas y de color marrón oscuro. No deben contener partículas y prácticamente no deben tener olor. La más mínima desviación de la norma indica un problema.
Si un perro defeca con frecuencia y profusamente, estas heces solo pueden indicar una cosa: la comida que consume no se está digiriendo correctamente. Si tienes varias mascotas, no asumas que la misma comida es adecuada para todas. Cada perro es único. Lo que le funciona bien a un perro puede no ser digerido por otro.
Si su perro tiene heces blandas y frecuentes, necesita más proteínas y fibra. Puede cambiar temporalmente su dieta a carne y verduras de alta calidad.
¿Qué debes hacer para recuperar las heces bien formadas de tu perro?
- Alimente a su mascota con una dieta equilibrada;
- eliminar la lactosa de tu dieta;
- Cambie la alimentación líquida de su perro a la seca. Hágalo gradualmente durante cinco o seis días. Esto permitirá que los intestinos se adapten a un nuevo entorno que facilitará la digestión.
- Evite darle a su mascota alimentos grasosos. Las grasas se digieren mal y pueden acumularse en las paredes intestinales, provocando heces blandas y frecuentes.
Si las heces blandas persisten durante un tiempo, pruebe a darle a su perro una dieta de arroz. Alimente a su mascota con arroz y carne de cerdo o res cocida durante unos cinco días. Durante este tiempo, las heces se volverán más firmes y las deposiciones volverán a la normalidad.
Tenga en cuenta que los alimentos especiales para perros, diseñados para restablecer la evacuación intestinal, se elaboran con arroz. Este contiene una pequeña cantidad de proteína y almidón, y es fácilmente digerido por el organismo del animal.
Manifestaciones de la alergia alimentaria
Una alergia alimentaria es una reacción adversa a un componente específico de un alimento, generalmente proteínas. Los siguientes alimentos representan el mayor riesgo para los perros: aves, carne de res, trigo, leche, kéfir, maíz, pescado y soja.
Una reacción alérgica ocurre instantáneamente, incluso si el perro se expone a una pequeña cantidad del alérgeno. La piel del animal, en las zonas más sensibles, se cubre de manchas rojas, acompañadas de picazón y provocando el rascado de la zona dolorida.
La parte más difícil es identificar correctamente el alérgeno. Es importante comprender el alimento específico que causa la reacción y eliminarlo de la dieta del animal. Se crea un menú personalizado para cada animal. Si el perro come pienso seco, es fundamental cambiar a una variedad hipoalergénica. Cambiar la dieta siempre es estresante para el organismo, pero en el caso de las alergias, la medida está justificada.
Compra alimento para mascotas de marcas de confianza. Alimenta a tu mascota según su edad y necesidades. Si tu perro come comida natural, asegúrate de que obtenga todas las vitaminas necesarias. Solo así disfrutará de buen humor y buena salud.



