Los perros se vacunan para prevenir muchas enfermedades. Tras la vacunación, es importante prestar especial atención al estado físico del cachorro. Algunos perros toleran bien las vacunas, mientras que otros pueden rechazar la comida o mostrarse apáticos. ¿Qué síntomas son peligrosos y cuáles no?
Negativa a comer
Una de las reacciones más comunes y seguras a la vacunación es la negativa a comer. No hay de qué preocuparse. Negarse a comer una sola vez inmediatamente después de la vacunación es una reacción natural en los perros. El apetito puede volver y volver a sus hábitos alimenticios normales al día siguiente. Si su perro no ha comido durante más de 12 horas, intente darle su comida favorita o una golosina. Si su cachorro rechaza una golosina durante más de 24 horas, consulte a su veterinario. Un perro adulto puede pasar más tiempo sin comer sin sufrir ningún daño. Asegúrese de que su perro tenga acceso constante a agua, ya que su necesidad de agua aumenta después de la vacunación.
Letargo
Después de la vacunación, su perro podría presentar letargo. Esto se debe a la producción inicial de nuevos anticuerpos. Este letargo puede persistir de tres a cuatro días. Puede presentar fiebre de hasta 39,5 grados Celsius (102,5 grados Fahrenheit). Vigile de cerca a su mascota: la temperatura debería estabilizarse en dos o tres días. Si la temperatura es superior o persiste durante más tiempo, consulte a un veterinario.
Ladrido
Un perro puede ladrar o gemir debido al dolor en el lugar de la inyección. Revise el lugar de la inyección para ver si hay inflamación o un bulto. Si hay un bulto, masajee el lugar de la inyección. Si la inflamación aumenta, la hinchazón persiste o el animal se niega a tocar la zona dolorida, consulte a un veterinario: se han dado casos aislados de bultos en el lugar de la inyección que han provocado tumores benignos. La afección suele remitir en un plazo de cuatro a cinco días.
Indigestión
Otro efecto secundario común de la vacunación es el malestar estomacal. Un episodio aislado de diarrea seguido de estabilización de las heces es completamente normal y no requiere intervención adicional por parte del dueño. También es posible que se presente un episodio aislado de vómitos. Si el problema persiste, someta a su mascota a una dieta de ayuno de 12 a 20 horas. También puede administrarle alimento terapéutico, probióticos o enzimas digestivas. Nunca restrinja el acceso a agua potable limpia. La deshidratación es extremadamente peligrosa incluso para perros adultos, y más aún para cachorros. Si el malestar estomacal persiste, las heces se vuelven muy blandas o el perro se vuelve cada vez más letárgico, busque atención médica inmediata. Estos síntomas pueden indicar una infección debido al uso de una vacuna de baja calidad o una intolerancia a sus componentes.
A pesar de las posibles complicaciones tras la vacunación, la prevención de enfermedades en las mascotas es fundamental. Es mejor que un perro soporte algo de estrés durante la vacunación que contraer una infección peligrosa y requerir un tratamiento prolongado. La mayoría de los perros toleran bien la vacunación y desarrollan una inmunidad duradera a las enfermedades infecciosas.



