La babesiosis canina es un caso cuyo diagnóstico es impactante y se siente como una sentencia de muerte. La enfermedad es grave y rara vez se resuelve sin consecuencias negativas para la salud del animal. Para reducir el riesgo de infección en una mascota y, si enferma, tratarla lo antes posible, los dueños deben estar al tanto de esta afección.
Contenido
Historia de la enfermedad
La babesiosis (también conocida como piroplasmosis) es una enfermedad causada por la actividad de una infección parasitaria que ha entrado en el torrente sanguíneo del animal. Se desarrolla de forma aguda y puede progresar a una etapa crónica cuando el perro tiene un sistema inmunológico fuerte o sufre de babesiosis más de una vez.
La fase crónica se caracteriza por síntomas agudos intermitentes y de corta duración. Estos síntomas se alternan con periodos de remisión que pueden durar hasta varias semanas, durante los cuales el perro parece estar completamente sano.
Razones
El agente causante de la babesiosis en perros es Piroplasma canis, un parásito unicelular que se localiza en los componentes sanguíneos.
La piroplasmosis canina se transmite por garrapatas de las siguientes especies:
- Dermacentor pictus y Dermacentor marginatus;
- Rhipicephalus sanguineus y Rhipicephalus turanicus.
Los insectos atacan a los animales en verano y otoño. La babesiosis se transmite por vía transovárica: el patógeno entra en el torrente sanguíneo a través de la saliva del parásito tras su picadura.
Existen varios métodos para eliminar garrapatas, pero lo mejor es que lo haga un veterinario en una clínica con un instrumento especial. No intente hacerlo manualmente, ya que existe el riesgo de contraer otras enfermedades que ya son peligrosas para los humanos.

Los propios patógenos y los productos tóxicos de su actividad vital son el primer factor que tiene un efecto alérgico en el organismo del animal.
Síntomas y patogenia
Tras la infección, comienza un período de incubación. Su duración depende de la salud y la edad del perro. Los animales jóvenes y aquellos con sistemas inmunitarios debilitados son los más vulnerables.
Por regla general, los primeros signos de la patología aparecen entre el segundo y cuarto día; el período de incubación puede durar hasta tres semanas si el perro está vacunado o ha padecido previamente piroplasmosis.
La forma aguda se manifiesta como un complejo de síntomas característicos.
Los factores primarios incluyen:
- aumento del pulso y respiración rápida;
- negativa a comer;
- debilidad general pronunciada;
- aumento de la temperatura corporal a 42 °C.
Esto continúa durante 2-3 días, durante los cuales se produce una reproducción activa del patógeno en los glóbulos rojos.
Los síntomas secundarios del período agudo incluyen:
- enrojecimiento de los ojos;
- empeoramiento del ritmo cardíaco;
- dificultad para respirar;
- signos de sangre en la orina;
- convulsiones y paresia de las extremidades traseras;
- Trastornos digestivos (incluidas heces acuosas).
En casos graves, los dientes del perro se vuelven amarillos.
Este período dura de 3 a 7 días. La temperatura, inicialmente alta, disminuye gradualmente hasta alcanzar la normalidad.

Quitando una docena de garrapatas de un animal que no estén infectadas con piroplasmas, puedes estar seguro de que el perro no enfermará.
Un tratamiento insuficiente o la ausencia total del mismo puede provocar la muerte del animal.
La forma crónica de la babesiosis en perros no es tan pronunciada y se acompaña de los siguientes síntomas:
- palidez de las mucosas;
- problemas con la digestión;
- disminución del tono general;
- Un ligero aumento de temperatura.
Uno de los principales síntomas del periodo crónico es el estreñimiento, que se alterna con heces blandas.
El complejo sintomático de la fase crónica persiste entre uno y un mes y medio. El estado del perro mejora gradualmente. La remisión dura hasta seis meses.
¿Cuál es el peligro de esta enfermedad?
La babesiosis es peligrosa debido a las siguientes complicaciones:
- isquemia cerebral;
- fallo del sistema inmunológico;
- anemia;
- Disfunciones del SNC;
- inflamación del páncreas;
- debilitamiento del corazón, riñones y hígado;
- insuficiencia pulmonar.
Para minimizar el riesgo de complicaciones, las clínicas veterinarias ofrecen procedimientos de plasmaféresis. La sangre de la mascota pasa por un filtro especial que la limpia de toxinas y células muertas, reduciendo significativamente la carga en el hígado y los pulmones.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza después de una conversación con el dueño del perro, un examen clínico del animal y análisis de sangre de laboratorio para detectar la presencia de piroplasmosis canis:
- frotis para babesiosis;
- ELISA (ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas);
- PCR (pruebas de reacción en cadena de la polimerasa).
Los datos de la prueba proporcionan al veterinario una gran cantidad de información para realizar un diagnóstico y prescribir un tratamiento.

Si se le han retirado garrapatas al perro durante la temporada, es recomendable hacer un análisis de sangre general y una prueba de piroplasmosis para no perder el momento del desarrollo de la enfermedad.
Tratamiento de la babesiosis en perros
La terapia principal para la babesiosis incluye medicamentos como:
- Berenil, Primaquina y Clotetraciclina;
- Imidocarb, Zotelon y Xantomicina;
- Aureomicina, Piro-stop y Forticarb;
- Veriben, Pyrosan, Fenamidone y otros.
El animal también necesita un tratamiento adicional, cuyas razones son:
- Intoxicación del cuerpo. Para limpiar la sangre de toxinas, se practica la administración intravenosa de cloruro de calcio, glucosa y soluciones salinas isotónicas.
- Disminución de las defensas del organismo. Para restablecer la inmunidad, los veterinarios prescriben inmunoestimulantes en forma de ácido ascórbico y vitaminas B.
- Riesgo de desarrollar reacciones alérgicas. La dexametasona está indicada para profilaxis.
- Disfunción cardíaca. Para normalizar el funcionamiento de este órgano se utilizan Cardiomin y Sulfocampocaína.
- Disfunciones hepáticas. Se eliminan con fármacos hepatoprotectores (mejorando el estado del hígado y normalizando sus funciones).
Para acelerar la recuperación del animal también se utilizan medidas de fortalecimiento general.
El tratamiento de la babesiosis en la fase aguda se realiza de forma ambulatoria, ya que en esta etapa se utiliza la terapia de infusión, que consiste en la administración de medicamentos por vía intravenosa. En casa, estos procedimientos sólo pueden ser realizados por dueños de perros que tengan formación veterinaria y las habilidades para realizar procedimientos terapéuticos.

Cuando la condición de su mascota mejore y la terapia consista en inyecciones y tabletas, podrá tratar a su mascota en casa.
Es importante asegurarse de que su mascota reciba una nutrición adecuada durante el período de enfermedad y la rehabilitación posterior. La dieta debe ser baja en calorías. Los productos lácteos fermentados serán la base de la dieta. Para evitar sobrecargar el sistema digestivo, se deben evitar las verduras y frutas frescas.
El momento de volver a una dieta normal depende del bienestar de su perro y de sus indicadores de salud objetivos. Una vez que los análisis de sangre y orina sean normales, su veterinario recomendará cambios adicionales en la dieta.
Durante la enfermedad, es muy importante crear condiciones en las que su mascota esté lo más cómoda posible:
- Coloque al perro en una habitación separada y por la que no pueda pasar de largo;
- proporcionar una iluminación mínima, ya que la luz brillante se convertirá en un irritante adicional para el animal;
- Asegúrese de que los miembros de la familia, especialmente los niños, no molesten al perro enfermo;
- Reduce el volumen del televisor y no crees ruido en el apartamento.
Cuando el tratamiento de un perro se inicia en las primeras etapas y se lleva a cabo en su totalidad, las posibilidades de recuperación son altas. Una vez que los signos de la enfermedad hayan desaparecido por completo, será necesario proteger al perro de la actividad física durante otras dos semanas y limitar su actividad.
Consecuencias
Las complicaciones de la babesiosis canina pueden deberse no solo a la infección, sino también al tratamiento. Este consiste en medicamentos altamente tóxicos que debilitan el organismo del animal. El perro se vuelve letárgico y puede permanecer acostado durante largos periodos con los ojos muy abiertos.
Entre los medicamentos que, además de su efecto terapéutico, tienen efectos secundarios graves:
- Imidocarb y medicamentos similares. Provocan un desequilibrio en los neurotransmisores (sustancias que garantizan la transmisión normal de los impulsos nerviosos) y también desencadenan alergias. Para reducir los efectos secundarios del imidocarb, los médicos recetan atropina o antihistamínicos.
- Diminazina y análogos. Tóxico para el hígado y el sistema nervioso.
La gravedad de las complicaciones depende principalmente de qué tan oportuno se inicie el tratamiento.
Prevención
Las medidas preventivas pueden ayudar a proteger a su mascota del riesgo de babesiosis. Estas medidas se dividen en dos grupos:
- Control de garrapatas. Esta es la base de las medidas preventivas. Se recomienda tratar el pelaje de los perros domésticos con repelentes o compuestos insecticidas acaricidas. Existen aerosoles, gotas e incluso collares impregnados con repelente de garrapatas para este fin. Durante la temporada de calor, de mayo a octubre, el animal debe recibir el tratamiento mensualmente. Es importante inspeccionar al perro después de cada paseo y eliminar las garrapatas de su pelaje.
- Vacunación. Inmunoprofilaxis altamente eficaz de la babesiosis, que se utiliza en perros clínicamente sanos tratados contra helmintos.
En Rusia se utilizan medicamentos importados para la vacunación:
- Pirodog (Francia) está aprobado para su uso en perros de 5 meses o más. El medicamento se administra en dos dosis, la segunda un mes después de la primera.
- Nobivac-Piro se utiliza a partir de los seis meses de edad. Se administra dos veces, con un intervalo de 3 a 6 semanas.
Se recomienda la revacunación:
- después de 6 meses - en zonas con situación desfavorable con piroplasmosis;
- después de 12 meses - en regiones donde no se han registrado brotes de piroplasmosis.
En Moscú y sus alrededores, por ejemplo, se aplica el siguiente esquema de vacunación:
- Enero-febrero;
- Julio-agosto.
Hay varias razones para esto:
- Durante el período de incubación y durante los primeros signos de la patología, los perros no pueden ser vacunados;
- Los animales que se han recuperado de la babesiosis se vacunan no antes de 2 meses después de la recuperación clínica;
- La vacuna se administra a los animales a más tardar un mes antes del inicio de la actividad de las garrapatas para reducir su exposición a las garrapatas vectoras durante el periodo de vacunación y permitir que el sistema inmunitario desarrolle una respuesta a la Babesia. Esta respuesta se desarrolla 21 días después de la dosis de refuerzo y reduce la gravedad de los síntomas de piroplasmosis en la gran mayoría de los animales en los seis meses siguientes a la vacunación inicial.
El medicamento se administra por vía subcutánea en una dosis de 1 ml. La dosis es independiente de la edad y el peso del perro, pero se aplican las siguientes restricciones:
- La vacuna contra la piroplasmosis no puede combinarse con otras vacunas, excepto las profilaxis contra la rabia y la leptospirosis del mismo fabricante. El intervalo entre las vacunaciones contra otras enfermedades debe ser de al menos dos semanas.
- No se deben administrar vacunas a perras gestantes o lactantes.
La vacunación no ofrece una garantía completa de que un perro no enfermará de babesiosis después de una picadura de garrapata, pero sí minimiza la probabilidad de un desenlace fatal.
Sorprendentemente, el Piroplasma canis no representa ningún peligro para los humanos. Por lo tanto, no hay riesgo de infección al cuidar a un animal enfermo.
Vídeo: Consejos del veterinario sobre el tratamiento de la piroplasmosis
La babesiosis canina es una enfermedad parasitaria peligrosa con una alta tasa de mortalidad, especialmente en animales no vacunados. Ante la primera señal de enfermedad, no se debe tratar a su mascota con medicamentos ni métodos para humanos; lo mejor es consultar inmediatamente a un veterinario. Para garantizar la salud y longevidad de su perro, se recomienda vacunarlo de forma completa y oportuna.




